ARTES9 EN LA FERIA DE SAN FRANCISCO, DE PACHUCA DE SOTO, HIDALGO, 2013.
Por Lupita y José Alberto Corresponsales en el Edo. de Hidalgo.
Todos los estados de la República Mexicana ofrecen como principal atractivo turístico su Feria anual, algunas, como la de Aguascalientes, Capital, o la de León, ciudad principal y extensa, presumen de ser ya Centenarias, bien organizadas y muy exitosas, pero con un inconveniente principal: Nos quedan a la mayoría de los sufridos defeños, fuera de toda posibilidad de visita por tiempo, distancia y, porque no decirlo: por economía.
Afortunadamente, tenemos la de Pachuca ahí nomás tras lomita. A una hora y media de distancia en promedio, ya sea en transporte propio, en excursión, o en las más de una docena de líneas que cubren la distancia entre Pachuca, el D. F., y algunos municipios de los Estados cercanos, como México, Tlaxcala, Querétaro. Guanajuato, Veracruz y Puebla, sin dejar de mencionar que cada año llegan personas de todos el País y muchos extranjeros.
Por la línea editorial de Artes9 para sus corresponsales, visitamos primero el Pabellón SEDAGROH, imponente espacio de casi 10 mil metros de instalaciones demostrativas de todo lo que el Estado de Hidalgo atesora en producción agropecuaria y con exhibiciones de la más moderna maquinaria y equipo que actualmente utilizan los productores en todas las ramas, como la ganadería, la silvicultura, la forrajera y la hortícola.
Antes de entrar, Lupita me advirtió que si no me llegaba el aroma que nos daba la bienvenida, al momento lo percibí, y sí, era café, café hidalguense, café mexicano, café de altura. Tal vez de Chapuluhacán, de Orizatlán o de Huejutla, de Pisa Flores, tal vez, pero era un aromático, como dice Edgar Morales (El Castor), principal promotor cafetero/ turístico de todo México, ¡que incitaba a probarlo! Y allá vamos siguiendo el aroma.
Por anteriores experiencias somos algo reacios a tratar con los servidores públicos que se sienten burócratas y dueños, no responsables, del local a su cargo, ni cumplen con la función orientadora para la que fueron contratados. Pero no cabe duda que hay auténticos Servidores Públicos como el Ingeniero José Cruz Ramírez Belío, que nos atendió con esmero y amplio conocimiento del cultivo del café, desde las áreas de producción y rendimiento por hectárea de la rubiácea, empezando en Calnali y finalizando en Yahualica. Comercialización, número de productores organizados en el Estado, apoyos, planes y programas para la salvaguarda y renovación de los cafetales con variedades resistentes a plagas y enfermedades, como la Broca y la Roya, pero principalmente, preocupado porque el productor y sus familia, tengan precios de garantía justos, y evitar, en lo posible, que caigan en manos de coyotes e intermediarios, sobre todo, comentó con emoción: ¡Que aumente el consumo nacional para no permitir que los consumidores internacionales le pongan precio a nuestro grano! ¿Cómo es posible, que nos digan: «Si te compro tu café, pero el precio lo pongo yo“¡Mexicanos, tomemos café nacional, salvemos de la miseria nuestros productores!”
“Los tiempos cambian, hubo una época en que se buscó aumentar la producción para lograr mejores precios internacionales y beneficiar a nuestros productores, actualmente, sin un órgano regulador, que defienda el precio a nivel internacional, Artes9 se hace eco de la petición del Ing. Ramírez, y les pide a sus lectores que consuman café mexicano, no importa de qué región de los 15 estados productores, pero tomemos café mexicano”.
Y del café, al pulque…
Después de saborear un vaso de café hidalguense y escuchar con asombro la cátedra del Ing. Ramírez, atendimos la invitación de don Mario Islas Palacios a visitar su local, el cual es atendido por su hija Denisse Islas, que aparece en la foto de abajo, con El Refranero Pulquero editado por Artes9.com y el Archivo Cultural BENYCA, y un libro de su acervo titulado EL PULQUE, rodeada de ollas y vitrioleros con los curados del día.
Como viejos (es en serio) aficionados a la fiesta brava y cumpliendo la orden de los directivos de esta página, nos apersonamos en la taquilla de la Monumental Vicente Segura, con la ilusión, también, no sólo de cumplir un mandato, sino de disfrutar de una inolvidable tarde de toros en una de las principales Ferias del país, y regresar a Jagüey de Téllez, cansados, contentos y agradecidos.
Pero en la más bella de todas las fiestas, lo más esperado falla, y lo inesperado llega.
Al salir de la taquilla, caminamos a las alturas del Coso, pues después de recorrer dos días, locales comerciales con productos regionales tentadores, llámense accesorios, ropa, trastes, dulces, bebidas o comidas, apenas nos sobró para pagar lugar en las alturas. Pero a la próxima corrida, llegaremos como lo hace la gente bonita: por los túneles a nivel del ruedo y repartiendo besos.
Porque oiga usted, eso de subir una escalera llena de excremento humano y picante olor a orines, no tiene nombre. Y no hay de otra, es el único camino para llegar al cielo.
Es lamentable que el Municipio, los Organizadores y la Empresa, no supervisen los accesos y se hagan cómplices de los marranos que desahogan sus necesidades en las escaleras. ¡Señores! La Feria es la cara del Estado, las Corridas, ustedes solicitaron que sean Patrimonio Intangible. Manden a lavar esas escaleras por caridad. Y, por dignidad, ofrezcan a sus visitantes la verdadera cara municipal, no la que vimos antes de la tercer Corrida de Toros, el domingo 6 del presente. Si se duda de lo aquí escrito, señores del poder y del mando, suban por favor por esos escalones, para más señas, están en la parte de atrás de la taquilla.
De la Corrida, poco se puede narrar: Una figura: Eulalio López “El Zotoluco”, de azul marino y oro. Y dos jóvenes promesas: Fermín Rivera (azul rey y oro), Juan Pablo Sánchez (rosa mexicano y oro), no fueron capaces de reunir ni media entrada. Toros de Arroyo Zarco, de regular presentación y todos cómodos de encornadura, muy desiguales en la faena y caritas de novillo juguetón aunque uno, el cuarto, casi mata al Zotoluco, que de salida lo citó de rodillas pegado a tablas y no sé cómo, pero el maestro se libró de una cornada que dejó un amplio boquete del pitón en la dura madera.
Justamente con el cuarto de la tarde fue con el que estructuró una faena de poder, al demostrar su dominio sobre el burel, llevándolo por las veredas que le trazaba. Una verdadera faena de maestro, que malogró con la toledana al matar al tercer intento, perdiendo las orejas, aunque los villamelones, a pesar de los pinchazos pedían mínimo una oreja. Bien por el juez que no dio nada.
Fermín Rivera solamente se justificó, aunque le tocó el lote menos propicio y nunca perdió la serenidad y buena escuela de su toreo clásico, casi de salón, no pudo emocionar a la clientela y en su primero perdió un premio por pinchar.
El triunfador desde el Sorteo fue Juan Pablo Sánchez con una oreja que le cortó al sexto de la tarde llamado Para Siempre. Y por siempre, Juan Pablo recordará, que por un instantáneo reflejo salvó quizá la vida o mínimo una grave cornada por un pisotón de toro al citar en los medios para un cambiado por la espalda. Pero gracias a ese pisotón levantó la emoción de la afición y ligó varias tandas por el lado izquierdo, principalmente, que le pudieron dar dos orejas pero las perdió por pinchar dos veces antes de atinar. A pesar de las fallas, el juez le regaló una orejita. Pa’l susto estuvo bien. En síntesis: Los tres perdieron las orejas por pinchar.