La Catrina como comúnmente se le conoce al personaje más icónico del día de muertos en México, sale a relucir como cada año en esta temporada, y es que la fama que se ha creado entorno a su particular estilo artístico ha hecho posible que sea conocida en muchas partes del mundo. Es por estás fechas que en Japón, China, Estados Unidos y otros países del extranjero se ha podido dejar ver, ya no como una simple ilustración, si no en exposiciones que celebran a tan distintivo personaje mexicano a la vez que se conmemora el centenario luctuoso de su creador José Guadalupe Posada; también se ha podido ver en disfraces, tutoriales de bloggers, instalaciones artísticas y muestras que dan a conocer al personaje que ya es una referencia de la cultura mexicana.
Origen
La dama calavera con su elegante sombrero de ala ancha salió a la luz en un grabado satírico que Posada realizó entre 1910 y su muerte el 20 de enero de 1913.
Deseaba burlarse de quienes pretendían ser de una clase social mayor, aunque esto implicara vivir hambriento, y hacerse dolorosamente delgado, o sencillamente cadavérico.
La Catrina se convirtió en la ilustración más famosa de Posada, con esbozos posteriores portando su elegante vestido de la era victoriana de cuello alto.
Posada la creó para burlarse de la gente que pretendía ser europea, explicó Mercedes Sierra, profesora de Artes Visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La mayoría de los mexicanos son de ascendencia indígena, pero dado el antiguo racismo, muchos trataron de lucir europeos con la ropa o el maquillaje.
Por lo que Posada creó a la calavera vestida elegantemente, y “calavera” es un término que entre los mexicanos también se usa para referirse a alguien tan pobre que no tiene dinero ni para comer.
Pese que se burló de la gente pretenciosa, Posada dijo que dibujarla como calavera era también una manera de rechazar la estratificación social.
“La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera” , dijo Posada en su momento.
A mediados de la década de 1940, el artista plástico mexicano Diego Rivera puso a Posada y a la mujer calavera en el centro de su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que representaba personajes icónicos de las artes y la historia de México.
Fue Rivera quien le dio al personaje el nombre de “Catrina”.