Además de ser por sí mismo un lugar extraordinario, el Banco Chinchorro de Quintana Roo tiene un valor enorme para los historiadores, pues por las dificultades que ofrecía para la navegación, acumuló a lo largo de los años los varios naufragios que se han convertido en testigos de las más diversas épocas. El INAH tiene varios años haciendo investigaciones en la zona reuniendo una gran cantidad de material fotográfico y en video enorme, y que a partir del pasado 4 de diciembre está al alcance de toda la población, dentro de la página del Instituto. En esta, el visitante puede recorrer todo el arrecife como si estuviera presente, recorriéndolo ya sea sumergido, o por la superficie, viendo cada pieza a su antojo. Aunque pareciera que la tecnología nos está limitando en muchos aspectos, en otros nos proporciona oportunidades que no se podrían lograr de otra forma.