El 26 de agosto se celebra el «Día Internacional del Actor«, según la leyenda, San Ginés fue un actor nacido en Roma, actuaba ante el emperador Diocleciano con regularidad, en algunas de sus obras, Ginés parodiaba el sacramento del bautismo cristiano, religión que sería oficial en Roma, no hasta que en el 313 Constantino I la legalizara, pagando las consecuencias de esto en en 370, Hipatia y Orestes en Alejandría, pero esa es otra historia.
En una función Genis, Ginés, Genés o Genest (según el autor) al interpretar el acto del bautismo sucedió un milagro, al recibir el agua del bautismo, él mismo se convirtió al catolicismo y expresó creer firmemente en la fe de Cristo. Sin embargo, los políticos presentes consideraron la representación como una blasfemia y condenaron a Ginés a recibir torturas y luego, a la decapitación por orden del prefecto Plauziano aproximadamente en 286 d. C. ya que según algunos historiadores, Diocleciano estaba convencido de la fé, también.
Para el siglo VI ya se celebraba su fiesta el 25 de agosto. Se dice que el Papa Gregorio III (731-741) hizo reconstruir una capillita dedicada a él. En el museo del Prado (Madrid) hay una obra sobre el martirio de San Ginés de Roma de uno de los mejores pintores del barroco español Francisco Rizi (1614-1685) por su apellido castellanizado, hjo del pintor italiano Antonio Ricci. La obra se encuentra en la Real Parroquia de San Ginés que figuró en el retablo del altar mayor de la iglesia madrileña dedicada a este y que sufrió tales daños en el incendio de este templo del año 1824 que hubo de ser recreado por José San Martín. Tiene la teatralidad propia de estas composiciones y su mayor valor estriba en que en que es el mejor testimonio del original perdido.
Su representación gráfica más conocida es de un hombre con una careta de actor en una mano y en la otra un violín o jara. Muchas veces es confundido con San Ginés de Arlés o San Ginés de la Jara, santo francés, muerto en 303 por orden Diocleciano al negarse a transcribir el edicto de persecución a los cristianos, por lo que es imposible que este emperador haya defendido al primer «San Ginés». San Ginés de Arlés, es representado siempre con un pergamino en la mano y por ello es considerado, patrono de los notarios, escribanos y secretarios.
Lope de Vega escribió la tragicomedia “Lo fingido verdadero” basándose en su historia, el dramaturgo francés Jean de Rotrou creó “El verdadero San Ginés” y Henri Gheon, el drama “El comediante atrapado en su comedia”.
Ginés se convirtió en el santo teatral, ya que encontró a Dios en pleno ejercicio de su profesión, interpretando una ficción encontró una verdad, y por defenderla encontró el martirio y la muerte.