Aunado al trabajo de nuestro colaborador Jorge Tovalin, me premito presentar a ustedes una entrevista que realice hace casi ocho años a Adan West, durante la 6a. CONQUE, en donde también nos enteramos que su película predilecta de la nueva serie es la uno y por consiguiente el mejor director de estos filmes es Tim Burton, lógicamente como su ego es muy grande para él, sólo existe un Batman: él.
También comento que en estos años además de pasearse por todo el mundo promoviendo su imagen como ex Batman, ha escrito un libro llamado «Back to the Batcave» que es un diario de las memorias de este señor, en donde se tiene una completa galería de los villanos que intervinieron en la serie, los vehículos y un detrás de cámaras de la filmación de esta serie que tanto gusto en los sesenta, además de que posee una guía completa de los capítulos de ésta.
Pero más allá de las opiniones del Batman de los sesenta, del concepto que se pueda tener de este personaje o los de las películas, todos los Batman que han existido comparten una característica en común, y no estoy hablando del murciélago en el pecho, hablo de ese sentido de responsabilidad exageradamente aprensivo de siempre querer proteger a los demás. De siempre querer pagar por un crimen que no cometió pero del que se siente responsable.
Desde niño este héroe, mezcla de Sherlock Holmes, Odiseo, Robin Hood y Moisés sintió más que una responsabilidad, una necesidad de limpiar Gotam de toda la podredumbre que representaba el crimen en esta ciudad.
Ya no era el simple hecho de querer vengar la muerte de sus padres, sino que ahora se trataba de erradicar a todos los maleantes, para que ese terrible error no volviera a repetirse, en cada criminal Batman veía a Joe Chill, asesino de sus padres, si el señor de la noche está o no loco, eso ya es tema para otra discusión. Ya que la responsabilidad va más allá de una simple venganza, de una simple obsesión.
Es esa condena auto impuesta de cargar con una responsabilidad que no le tocaba, su ética es tal que ha decido sostener en sus hombros el peso y la conciencia de miles de personas, el pequeño Bruce decidió que ese fuera su destino, nadie le dijo a ese niño que el tenía que ser Batman, que su responsabilidad en la vida sería la de ser el vigilante de Gotam.
A diferencia de otros seres súper dotados que saben que a grandes poderes les viene grandes responsabilidades, muchos prefieran la forma en la que Bruce Wayne tomo su responsabilidad, no por accidente sino por decisión, una decisión de la que hoy ya no se puede retractar.
Querer dar más de lo que cualquier humano sería capaz de dar por sus semejantes, Batman es tan o más humano que cualquiera, Rick Marschall lo describiría así «Podríamos ser él, si tan solo…Y podemos compartir su desprecio hacia los malhechores que están ocultos entre las sombras y tendríamos los miedos de otros… si no supiéramos que el está ahí para protegernos. El hombre murciélago —aún con todo su misterio— es uno de nosotros».
Incluso en los Else Words esta exhaustiva auto condena persiste, lo podemos notar lo mismo en Bloodstorm, donde es convertido en vampiro y aún así sabe que tiene una tarea por cumplir: matar a todos los de su especie; así mismo esto sucede en The Nail en donde se siente culpable de no poder salvar a sus amigos(Robin y Batgirl) y a la vez es culpable de vengar la muerte de ellos, al asesinar al Joker. A final de cuentas lo que hace a Batman, no es la Batisoga, ni el Batimovil, y menos lo cuernitos de la capucha, lo que realmente hace a Batman es ese sentido de responsabilidad.
Para entender esta aprensión a querer proteger a sus semejantes retomare un fragmento de un dialogo entre Batman y su fiel mayordomo Alfred, el cual apareció en el número 702 de Detective Comics:
Batman: Les fallé. Jure proteger a los inocentes de Gotam y los abandoné…..
Alfred: ¿Y cuantos más habrían muerto de no haber intervenido usted y el señor Dick?…¿Y eso de que habría servido? Ustedes no pueden salvarlos a todos sólo son humanos…los dos lo son.