- POR: EDUARDO ARREDONDO B.
Se dice que recordar es volver a vivir, esta frase calza como anillo al dedo gracias al documental del director Andrés Pardo y a K3films que nos envía de vuelta al pasado gracias al mostrarnos el país de nuestros abuelos, ese México que hoy en día nos hace pensar que era algo ingenuo, pero lleno de orgullo por su trabajo bien hecho.
En 1985 Editorial Novaro cerró sus puertas, dejando un gran hueco en el corazón de miles de lectores que de un día para otro se enteraron que no volverían a disfrutar de las aventuras de Maxisol, los encapotados Batman y Robin, con sus identidades secretas de Bruno Díaz y Ricardo Tapia, respectivamente o Flamita. Surgiendo de esta manera cualquier cantidad de hipótesis y creencias sobre porque cerró sus puertas una de las mas grandes editoriales de Latinoamérica.
Es gracias a este documental que todas esas teorías encuentran explicaciones, ya que los datos que se manejan para explicar el surgimiento, crecimiento y cierre de la editorial, son realmente impresionantes. Podemos ver la cooperación de verdaderas leyendas de la industria “comiquera” de nuestro país, como lo son Francisco (Paco) Jiménez, El maestro Sixto Valencia, Fernando Llera, Gonzalo Martré, el investigador de historietas Manuel Aurrecoechea, que comparten sus vivencias para que el auditorio pueda comprender el lugar que ocupaba esta editorial dentro de la industria mexicana, el como marco a la clase media casi desde sus inicios hasta su desaparición y la relación que esta empresa tenía con el estado.
Novaro el Coloso Mexicano apela a la nostalgia en todo momento, esto queda claro al ver de las vivencias de un par de coleccionista de dos países, que son Perú y Uruguay, que nos dejan saber lo que significan las publicaciones de Novaro para ellos, y que no podemos evitar sentirnos hermanados por la forma en que disfrutaban de cada página que leyeron y la soledad que sintieron al saber que la editorial ya no publicaría mas historietas, los coleccionistas también se ven incluidos con la presencia de Luis Gantús (quien también es el narrador de esta metraje).
Y es que la nostalgia pesa mucho en la obra de Pardo, que no es malo, pero deja de lado muchas cosas interesantes en el camino, haciendo sentir un vacío al espectador por no explicar cosas, como los nombres latinos que tenían varios personajes o los parámetros y limitaciones que tenían los dibujantes y escritores, etc. pues recordemos que esta empresa siempre se caracterizó por el buen ejemplo que impartía a los niños manejando una gran moralidad.
Un extraordinario esfuerzo. Este documental merece tener una gran distribución para que llegue a las manos de todos los amantes de los cuentos y de los que no lo son, pero que disfrutan de recordar tiempos mejores, realmente un material imperdible.