La tarde del domingo 29 de marzo, estaba predestinada a ser una fecha importante para el metal mexicano, pues marcaba el debut de Melphomene, la banda proyecto de Esthíbaliz Bathory y Mario del Río, que fuera enmarcada por un evento muy profesional en el Centro de Arte y Cultura Circo Volador, con grupos de gran calidad fungiendo como padrinos. Y no era para menos, pues una ocasión tan especial como lo era esta, lo ameritaba, por lo cual se cuidó hasta el más mínimo detalle para que el evento resultara perfecto.
Como maestro de ceremonias, se contó con la presencia del director teatral, escritor y compositor, Adrián Gallardo, Nada, quien tras dar la bienvenida, presentara a la primera banda de la tarde, Anna Fiori. Gran impacto causó la cantante entre la gente que no la conocía, pues su calidad vocal y su dominio escénico son sorprendentes. Aunque su participación resultara bastante breve, su actuación dejaría una muy buena impresión entre el público.
Los siguientes en tomar el escenario serían Salvador y Los Eones, la banda liderada por Salvador Moreno, uno de los personajes más importantes en la escena del rock mexicano de las últimas dos décadas, y quienes llegaran irrumpiendo con su mezcla de bolero y metal, al que denominan bolero gótico. La banda se encuentra en la promoción de su nuevo EP, Bolero Gótico III 1ª Parte, y enfrascada en la gira internacional Aparición Tour 2015. La actuación de Salvador y Los Eones se vería enriquecida con la intervención de los increíbles preformers que han caracterizado a Producciones Garra.
El momento estelar de la tarde llegaría con la proyección del primer video clip oficial de la banda debutante, correspondiente al tema que da nombre a la producción a presentarse esa tarde-noche, Destructive Crescendo, con lo que se marcaba un triple debut o un debut multimedios. Inmediatamente después, Melphomene hacía su aparición para mostrar su calidad en directo. Las tablas adquiridas por Esthíbaliz como cantante de Erszebeth, se hicieron evidentes en este nuevo proyecto, en donde, como siempre, se mostró como dueña y señora del escenario, haciendo gala de su prodigiosa voz y su magnífico desempeño escénico. La de Melphomene es una música más energética que la de los otros proyectos en los que participa la bella cantante, más enfilada hacia el heavy metal, por lo que Esthíbaliz puede jugar más con su voz, haciendo alarde de sus alcances vocales. La entrega del grupo fue total y el recibimiento y la aceptación del público absolutos. Gran debut, gran actuación. Sin lugar a dudas, Melphomene nació para lograr grandes cosas en la escena, y lo irán demostrando poco a poco.