Lupita y José Alberto, Corresponsales Viajeros de Artes9 .com y Archivo Cultural BENYCA.
Amigos de Artes9.com en el tesoro musical mexicano brilla una canción compuesta por Carlos Duarte Moreno, la que al escucharla nos eleva al olimpo yucateco más que al altiplano potosino, en su primer estrofa dice: Rebozo, rebozo, de Santa María, para dar entrada a las siguientes líneas que subrayan: Mestizas que bailan, llenas de alborozo, entre los encantos mil de mi vaquería, albarradas blancas, brocal de los pozos, casitas de paja de la tierra mía… Palabras que nos indican su procedencia yucateca y mucho nos confunden, llegando al grado de buscar en la tierra prodiga de los Itzaes: Chichen, Uxmal Dizibizchaltum, Izamál y Mayapán, el pueblo rebocero de Santa María.
Bendita ignorancia, el pueblo fundado en 1589 y que desde 1764 teje los Rebozos más publicitados de Méxioc y ha puesto a este lugar en el mapa turístico mundial, está 40 kilómetros antes de llegar a la capital potosina, saliendo del ex D.F., luego Querétaro, Qro., San Luis de la Paz, Gto., y adelantito está Santa María que, a la entrada, luce un Arco que nos anuncia que ya llegamos a la “Cuna del Rebozo”. -Se incluyen fotos del Arco y del Hotel Posada del Sol.
Desde luego que no sólo de Rebozos viven sus habitantes, ni comen de sus siluetas y sus paisajes, pues aunque el municipio es rico en agricultura, la ciudad es encantadora y tiene calles y construcciones que admirar, los maritenses son emprendedores y creativos, ya que, en paralelo al increíble surtido de Rebozos y accesorio de textiles, artesanía de ixtle y cerámica, encontramos gastronomía regional como las ricas gorditas rellenas, los tamales y el atole de puscua y aguamiel, las campechanas y empanadas crujientes, una gran variedad de guisos locales y dulces típicos de leche de cabra, como rico postre.
En la Escuela Taller del Rebozo (1953), fuimos gentilmente atendidos por Víctor Hugo Rodríguez Rivera y su esposa Beatriz Adriana Cadena Cifuentes, personas amables, educadas y con vocación de servicio, a Víctor Hugo, ya lo habíamos tratado en varias ocasiones en diferentes Ferias del Rebozo como la de Coyoacán, por mencionar una. Recibimos de ellos, una sentida disculpa de parte de doña María Isabel por no poder atendernos y la entendemos perfectamente, por lo que aprovecho para darle el más sentido pésame y desearle una pronta resignación, en poco tiempo la visitaremos y se lo daremos personalmente.
Aparte de los rebozos de bolita como los de la patita, en Santa María del Río se elaboran las cajas taraceadas que se utilizan para guardar los rebozos. Dichas cajas taraceadas se hacen con madera de cedro, mezquite, caoba, o cedro rojo.
El pueblo no es muy grande, por lo que después de visitar tiendas y recorrer calles aledañas, visitamos la Plaza Martín Bautista donde nos deleitamos con una rica nieve y admiramos su reloj casi monumental, ya refrescados, cruzamos la calle y llegamos al jardín Hidalgo, frente a la Parroquia de nuestra Señora de la Asunción (1760) (1845) que, por cierto, la festejan con gran entusiasmo del 30 de julio al 16 de agosto de cada año –por allá estaremos-. Ahí, frente a la iglesia, podemos admirar la escultura en madera (fresno seco), de la enrebozada de Santa María, en la foto aparece con la cara tapada con un costal azul.
Nos refrescamos nuevamente para no sentir el desértico calor con dos aguas de piña colada y dos de rompope, para darnos valor energético y caminar hasta la entrada y fotografiar el Arco Rebocero (1844) – no sé cómo pero lo logramos-, casi llegamos al panteón al ver la alta escalera que al fin, casi corriendo subimos, pero nos contuvimos, no llegamos al panteón, poco faltó, pero desde el exterior tomé una rara foto que les comparto. Desde luego que para una escalera más grande, mucho más que la de Malinalco, hay que subir a la Capilla del Cerro, -desde el Arco de piedra hasta el final de la subida, con buena condición física en media hora de subir y subir, llegamos-. Íbamos Subiendo cuando se enojó la Nikon y ya no quiso trabajar. Dos días completos en este atractivo pueblo, no alcanzaron para conocerlo, ni siquiera para ir a la Mina del Durazno, hartarnos de tomar aguamiel y comer campechanas y gorditas.
Hay que ir a Santa María del Río, venden Rebozos, ya viene la temporada de la nuez, del camote tatemado, dulces de biznaga y todo.