Esta por demás hacer publicidad o darle mas importancia de la que merece al nuevo y “controversial” proyecto de la DC Comics donde retoman a los personajes de Watchmen para producir nuevas series sin el creador original Alan Moore. A este último me parece que por estas alturas ya le tiene sin cuidado, al menos económicamente, y el proyecto deja en claro que DC Comics no piensa cambiar su postura comercial. Así que el motivo de la presente nota tiene que ver mas bien con las opiniones desatadas en todos lados, en particular por las de los fieles consumidores del mainstream gringo. En términos generales existe una percepción bastante confusa, y por momentos ignorante, de cual es el verdadero motivo de controversia entre las maquinaciones de DC Comics y el oriundo de Northampton, y lo cierto es que los motivos reales de polémica si bien no tienen influencia sobre el girar del planeta, no dejan de ser algo más complejos y hasta por momentos escabrosos.
La percepción general de la controversia, en buena medida la que DC Comics gusta de hacernos creer, es que Watchmen publicada por vez primera en 1988 se considera por críticos y lectores una obra maestra revolucionaria del género de los superhéroes y cuya pseudo perfección narrativa no requiere ni secuelas, precuelas o historias alternativas; menos aún si estas no vienen de la mano de los creadores originales, Alan Moore y Dave Gibbons, pués nadie estaría a la altura de la serie original.
Me temo que el asunto de que si se “profana” la perfección de la obra original es el punto de discusión mas escueto, puberto e inútil de lo que realmente esta sucediendo. La verdadera controversia tiene que ver con práticas comerciales propias de la cultura norteamericana, derechos de autor y un fondeo ético naditita agradable de estudiar. Desenredo:
El asunto de fondo es el encontronazo de dos puntos de vista radicalemente distintos que se encuentran, legalmente, en tierra de nadie: uno son las prácticas comerciales de DC Comics de toda la vida en la que básicamente un comic es un producto, y los artistas que lo maquilan son eso, maquiladores empleados para sacar un producto de determinadas características; si se gusta, para DC Comics los creadores de sus comics tienen una relación diseñador-maquilador/producto.
Por el otro lado, Alan Moore, tiene la postura de que el no es maquilador ni diseñador y que ciertamente no se le llamo a Inglaterra desde los Estados Unidos para escribir Swamp Thing o sobre los personajes de la Charlton presisamente para escribirlos bajo la fórmula de la casa, él más bien se reconoce como un autor a quién se le llamo para dar un punto de vista autoral tan propio como diferente y para todos los fines y propósitos él produjo obra, no productos.
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