- USA, 2019.
- Dir: Sam Mendes
- Reparto: George MacKay, Dean-Charles Chapman, Colin Firth, Richard Madden, Benedict Cumberbacht, Claire Duburcq.
Son básicamente dos características las que hacen al cine diferente de otras formas de expresión artística: la narrativa en movimiento y el manejo del tiempo como una dimensión alterna. El cine permite suspender el momento en una realidad que solo existe en la pantalla, la cual se va adaptando al relato, dependiendo siempre del juicio de quien la crea.
Ni qué decir que en este sentido, 1917 hace un homenaje a la cinematografía misma, logrando una película sorprendente en cuanto al uso de la cámara, la fotografía y el tiempo.
Para lograrlo, Sam Mendes eligió una serie de relatos que su abuelo le contaba, para construir con cámara en mano, una historia bélica acerca de la valentía, la amistad, el honor y el sacrificio.
Y en ese aspecto, también vemos un homenaje a uno de los géneros más populares en la cinematografía. El cine bélico ha producido algunas de las películas más populares, y también algunas de las más grandes superproducciones que se han realizado en la historia del séptimo arte. A través del cine sobre la guerra, los estudios cinematográficos han apostado a reconstruir momentos históricos importantes, partiendo de las vivencias de héroes y heroínas, víctimas, sobrevivientes.
Mendes en realidad, parte de un planteamiento sencillo. Dos soldados reciben la misión de llevar un mensaje al Sargento de una división lejana. El mensaje supone detener el ataque a una compañía alemana, ya que tienen información de que es una trampa para aniquilarlos. No hay más que contar. La cámara sigue la travesía de los soldados para cumplir su misión y de eso es lo único que trata la película.
La cinta parece filmada en un solo plano secuencia, en donde la historia fluye, los escenarios cobran vida y ante nuestros ojos, se vuelven estampas en movimiento. No hay muchas referencias de contexto, como saber lo que pasa en otros lados, lo que sucedió antes o lo que pasará después. Literalmente se trata de un momento detenido en el tiempo gracias a la magia del cine.
La cinta además cuenta con buenas actuaciones: McKay y Chapman nos ofrecen un trabajo convincente, una expresividad matizada por el terror, el asco, la sorpresa, la cercanía de la muerte.
1917 ya ha sido aclamada por la crítica, sobre todo por su realización técnica y diseño de producción. No es una historia compleja y avanza sin problemas hacia un final que se intuye poco antes de la primera mitad, ya que no muestra cosas diferentes a las tradicionales del género: heroísmo frente a la adversidad.. Un guion básico que probablemente ni siquiera requirió de investigación histórica muy profunda, nos hace pensar que quizás no siempre se necesita una gran historia para hacer una gran película.
Por lo menos, no en este caso. La fotografía es la carta fuerte, obligándonos a cuestionar si todo en el cine actual son efectos especiales o pantallas verdes para animación digital. Y es claro, que en el cine contemporáneo hay maravillas que se filman de un modo grandioso, usando solamente la luz natural.