Si bien no es el personaje que más veces ha aparecido en el cine, es sin duda uno de los que más largamente han estado presentes, con una leyenda bien estructurada y un grupo de personajes bien identificados. Fue, en su momento, un reflejo fiel de la época que se estaba viviendo. En plena Guerra Fría, con un temor real y palpable a que se desatara una conflagración que podía literalmente terminar con toda la humanidad, el tener algo en donde inconscientemente pudiéramos dejar escapar ese miedo, fue visto casi como una bendición. Dentro de nuestra parte infantil, Bond se volvía ese algo que impediría que la bomba cayera de una vez.
Por otro lado, así como los superhéroes son la representación de muchas fantasías adolescentes, Bon engloba a muchas de las del hombre adulto, y no sólo en ese aspecto aunque eso es una parte importante. 007 vive sin horarios, viajando libremente, en un trabajo en donde puede tomar cualquier decisión sin miedo a ser juzgado. Vive y consume de lo mejor, y sabe reconocerlo. Es además el individuo seguro, que sabe que puede realizar cualquier labor perfectamente, que se mueve con la misma soltura en cualquier ambiente.Y claro, aquel que es irresistible con las mujeres. Si alguien me dice que no le gustaría vivir así, de seguro miente.
Ahora, con Daniel Craig, Bond se reescribe de nuevo, adaptándose a la época moderna, pero sin perder su perfil original. Aunque lleva más tiempo en otros medios, no cabe duda de que el cine le dio su fisonomía actual, y quien seguro lo seguirá moldeando. Si una cosa podemos asegurar, es que tendremos 007 para muchos años más.
50 años de James Bond
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