Como siempre lo ha caracterizado, el maestro León evalua la calidad de la mejor revista del medio: Súper Luchas.-«Están bien»- nos dijo.
¿Cómo llegó a las historietas Alberto León Abad?
Primero por gusto, aunque no sabía que pagaban por eso y además en aquel entonces era bien pagado, se puede decir que fue por accidente, aunque después descubrí que si me gustaba la historieta, Alfonso Segura fue el que me introdujo al medio de las historietas, yo fui buscando trabajo de aprendiz de dibujante, ya que desde niño a mi me ha gustado mucho dibujar, sobre todo cuestiones del México prehispánico.
Recuerdo que cuando fui al estudio de Alfonso Segura, había una fila como de veinte personas pero yo no llevaba pruebas conmigo, entonces como vivía cerca fue rápido por mi material, y fue de los últimos que atendió y fue quien se quedó, yo no conocía aún el concepto de los cómics, al grado que me fui metiendo poco a poco, limpiar respiradores, proyectores de cuerpos, luego estuve de letrista, ahí aprendí la importancia de estar siempre documentado en estás áreas.
¿Usted es el maestro de la documentación en los cómics, cómo inculcas este amor por la perfección?
Hasta la fecha sigo siendo muy minucioso yéndome mucho al detalle y lo que vas haciendo al detalle cada ocasión lo tomaba como un punto de partida para poder aprender, y ahí aprendí la dinámica del cuerpo humano, así como las dinámicas de la publicidad.
Y al principio alternaba las dos actividades. Pero los cómics me jalaron. Marea Roja fue de los primeros trabajos que tuve. Dormía un promedio de 4 a 5 horas diarias, pero cuando uno es joven todo aguanta, y empezaron a llegar mucho material de las historietas, páginas. Hacia en novedades Mini Historias, yo sólo ayudaba a proyectar, pero cuando Raúl Pérez se enfermó, me dieron el trabajo completo, para hacer los fondos, lo cual era muy sencillo, podemos decir que ahí ya fue cuando me dedique de lleno a la historieta sin necesidad de dejar la publicidad, en aquel entones se planeaba mucho una página, se usaba el simbolismo, me pagaban muy bien, porque apreciaban mi calidad. Aunque ésta ha mejorado enormemente en todos estos años
¿Y cómo llegó a EJEA?
Con Manuel Calles llegamos a proponer Laberinto Humano, muy parecido a Espejo de una Vida, hecha en medio tono, eso fue en enero de 1979, andaba buscando trabajo y ahí fue donde me encontré con el Sr. Jaime Flores, a él ya lo había conocido anteriormente pero el me recomendó con su primo el Sr. Enrique Flores, y me dieron trabajo de dibujante en el cuál dure 10 años.
¿Y en que momento Inician los talleres?
Yo me quería ir a trabajar a E.U. en el 89 y el Sr. Flores me pidió que no me fuera que me quedara como asistente de Javier Robles, que era el director artístico, y bueno ya no me quedaba de otra, según estaría a prueba como director artístico por tres meses y resulta que me quede por diez años, ya que Robles a los pocos meses de que yo entre, renunció. De ahí el maestro Sixto(Valencia), (Antonio)Gallur, Juan Alba y los demás se quedaron conmigo en el taller de las historietas, donde empezamos a formar a los nuevos dibujantes.
La idea del taller era conjuntar a los grandes maestros para enseñar a los nuevoS, ya que siempre me iban a preguntar y ya sabes los papás que me llevaban a sus hijos, que en realidad eran copistas pues no eran creativos, la idea era capacitar gente nueva. Hubo tres versiones de los talleres, de ahí salieron Horacio y Gerardo Sandoval, Jorge Break y su esposa, Eduardo García, Andrés Moran, Mario Guevara, Catalina Cardoso, Selene Cordero y otros más que no me vienen a la mente.
¿Qué fue lo que hizo que EJEA tuviera esa etapa tan prolífica de casi 20 años?
La innovación, casi todas las ideas eran frescas, le llegaban al mexicano, eran historias que la gente quería leer, en la que se veían reflejados. Jaime y Germán Flores, en su momento fueron grandes innovadores, sus mejores ideas fueron Mercados, Traileros y claro, Sensacional de Luchas. Así también tuvieron descalabros, y yo creo que cuando ellos se salieron de EJEA, se fue la parte creativa de aquel entonces y ahí la editorial empezó a morir.
¿Por qué se alejó del medio de las historietas?
Yo ya no me acomodo al ritmo de trabajo que hoy en día están pidiendo, es muy rápido, y yo estoy muy acostumbrado a los detalles y ya no da tiempo de eso. Además de que no puedo hacer algunas de las historietas eróticas que ahora se manejan.
¿Y cómo surge la idea de la Cooperativa?
Primero, para poder revivir la historieta familiar, de calidad, también para ofrecerles trabajo a los compañeros, cómo dice la Biblia, muchos tienen la visión pero algunos tenemos la visión. Y por ello con Domingo Perea y otro grupo de compañeros nos hemos dedicado a darle trabajo a muchos, ahí la llevamos.