Por Mariana Borunda
Almas perdidas escrita por Miguel Cane y dirigida por Roberto Cavazos (Rotterdam) , es una obra de terror sobre pérdida, obsesión y venganza que a través de una historia de fantasmas intenta transmitir el miedo que todos sentimos, ése ligado a nuestras emociones, deseos y secretos más profundos.
La familia Morante está en declive tras la trágica muerte de Pablo (Pablo Torres Ramos), el hijo de Patricia (Andrea Portal) y Ricardo (Diego Cooper). Aunque Ricardo lucha por recuperar a su esposa, la vulnerable ama de casa se separa de él y se muda a una casa vieja y tenebrosa donde comienza a sentir la presencia del espíritu de su niño que murió en el mar. Aparecen los hermanos de Ricardo (Amaya Blas y Jordi Rosh) para ayudar a Patricia en su duelo pero se destapan los celos, la rivalidad y el rencor entre ellos: otra historia de terror.
En el montaje los actores entran y salen de una escenografía simple y austera (Isaías Martínez), los personajes van y regresan de recuerdos y enfrentamientos. Tiene una narrativa fluida que mantiene el interés del espectador. El diseño sonoro (Brandon Torres) crea un entorno oscuro cargado de emociones y de opresión.
Almas perdidas está escrita en la tradición gótica de relatos como El bebé de Rosemary y El resplandor. Su trama pretende que nos enfrentemos con nuestros temores más íntimos y nos invita a reflexionar acerca de los vivos y muertos, ¿a ti cuál te aterra más?
Vela los miércoles hasta el 27 de diciembre en el Foro Lucerna del Teatro Milán.
Boletos: $350. Mayores de 13 años.