Por Norma Lorena Loeza
- Nocturnal Animals. USA (2016)
- Dir. Tom Ford.
- Reparto: Amy Adams, Jake Gylenhaall, Michael Shannon, Aaron Taylor-Johnson, Laura Linney, Armie Hammer.
No hay palabras para describir a profundidad el azoro y la perturbación, que genera en el espectador una película como ésta. Un guion adaptado del libro “Tony and Susan” de Austin Wright, permite a Tom Ford contar esta historia en tres distintos planos, logrando transmitirnos un poderoso mensaje de fondo: no hay tregua explicable para el dolor, la venganza y la crueldad.
La historia nos presenta en primer término a Susan. Una sofisticada y exitosa promotora de arte, casada con un rico hombre de negocios y cuyo matrimonio atraviesa por una crisis entre infidelidades, desamor y resentimientos. Susan recibe un paquete con la novela titulada “Animales Nocturnos” escrita por su primer esposo, a quien le fue infiel con su actual marido. El solo título es ya una provocación, ya que remite a un modo muy personal de nombrarse entre ellos cuando vivían juntos.
Es así como se avanza en contar la historia en tres planos: lo que sucede en la actual vida de Susan, lo que sucede en la novela, y la remembranza de la relación entre Susan y Edward – el escritor de la novela. El ejercicio de intertextualidad, combinado con la obsesión del director por la composición estilística, logra ser el marco perfecto para mostrar el lado cruel y brutal de la naturaleza humana, el cual irrumpe a pesar de los espacios artísticos, del orden y la blancura, de los espejos y la composición.
El pasado de Ford como diseñador está presente desde el principio de la cinta, en donde formas provocadoras dejan desarmado al espectador, augurándole desde esos primeros minutos, una estancia perturbadora en la sala de cine. Ford lleva el papel del arte al extremo, tanto en lo visual como en la literatura. La novela del personaje de Edward se va tornando en una cruel anécdota narrada por un corazón roto, una venganza narrativa entre cruel y liberadora. Si el arma de las/ los escritores para enfrentarse al mundo son las letras, es claro que aquí es usada como filoso y desgarrador cuchillo.
Por otra parte, el elenco logra hacer un gran trabajo actoral. Amy Adams en el hilo conductor de las tres historias, matiza emociones complejas desde la mirada- a pesar de no lograr el nivel de actuación que le hemos esto en otras películas- y Gyllenhaal, en un doble papel entre trágico y melancólico nos ofrece un trabajo cuidado y bien hehco.. Destaca de entre el reparto Michael Shannon, que se afirma como uno de los mejores actores de su generación.
Ford también se afirma como un directo
r interesante, capaz de lograr un estilo propio, a pesar de que la cinta pareciera un tanto pretenciosa en algunas partes. De lo más sobresaliente del 2016, y sin duda una protagonista obligada en la actual temporada de premios en Hollywood. Muy recomendable.