El dirario El País presenta un completo análisis de lo que ha sucedido en los últimos meses con uno de los cómics más importantes del mundo: Asterix.
Poco antes de que termianra el 2008, el gigantesco grupo Hachette se hacía con la mayoría accionarial de Éditions Albert-René, la editorial creada por el dibujante Albert Uderzo y Anne Goscinny, la hija de René Goscinny, para proseguir la publicación de las aventuras de Astérix tras la muerte del guionista en 1977. Un movimiento empresarial que para los aficionados al cómic tenía la curiosidad añadida de ver cómo el irreductible galo podía volver a la empresa editora Dargaud cincuenta años después de que comenzaran a publicarse sus aventuras en la revista Pilote.
Tras la desaparición de Goscinny, muchos -incluyendo sus editores- fueron los que pensaron que las aventuras de Astérix habían finalizado, pero Albert Uderzo demostró no sólo que el personaje seguía muy vivo, sino que era además capaz de ser el motor incansable de un suculento negocio con más de 325 millones de álbumes vendidos, varias películas estrenadas y otras en preparación, series de dibujos animados, un parque de atracciones cuyo éxito opaca a EuroDisney y mercadotecnia variada que sólo en 2007 supuso una facturación superior a los 11 millones de euros.
El 5 de marzo comienzael jucio, Sylvie Uderzo será la receptora de los beneficios de los derechos de autor de la obra de Albert Uderzo tras su muerte. El 50º aniversario del personaje, que debía celebrarse en octubre con la edición de un álbum recopilatorio de historias cortas, será eclipsado por este pleito.
Con Información de El País.