Por Norma Lorena Loeza
D´après une historie vraie. Francia Bélgica, Polonia, 2018
- Roman Polanski
- Reparto: Emmanuelle Seigner, Eva Green, Vincent Perez, Dominique Pinon.
Si hay un cineasta que logra plasmar en la pantalla grande la naturaleza misma de la soledad y la locura, sin duda es Roman Polanski. Su larga trayectoria fílmica nos permite encontrar numerosos ejemplos de los temas del lado oscuro de la condición humana que han estado presentes en sus películas desde los años 60.
Es por ello que esta cinta podrá no ser revolucionaria para el género, ni una joya de la cinematografía – es más, ni siquiera entra en el top ten de lo mejor de Polanski- pero da cuenta de como un autor puede volver a sus obsesiones sin repetirse y sin perder su sello característico.
En esta ocasión, Polanski lleva al cine una adaptación de la novela D’Après una histoire vraie (Basada en hechos reales), de Delphine de Vigan, que narra la historia de una escritora, en plena crisis personal y bloqueo creativo. Harta de la fama, enfrentando el “síndrome del nido vacío” cuando sus hijos se han marchado y con una relación a distancia con un presentador de televisión, el personaje de Seigner (Delphine), debe empezar nuevos proyectos, sin poder superar la temida hoja en blanco que todas las personas que escribimos conocemos bien.
En una firma de autógrafos, conoce a Ella (Green) una “escritora fantasma” que hace biografías de diversas personalidades. Lo que empieza como una amistad, va tomando tintes terroríficos de manipulación y control. Es aquí cuando el espectador identifica guiños con “Mujer soltera busca” (Single white female, B. Schroeder, 1992), “Misery” (R. Reiner, 1990) o “El talentoso señor Ripley” (The talented Mr. Ripley, A. Minghella, 1999). Al final la cinta, se separa de la comparación de las mencionadas, pero se nutre de la visión propia de Polanski, recordándonos más a “Repulsión” (R. Polanski 1965), “Luna Amarga” (Bitter Moon, R. Polanski, 1992) o el Escritor Fantasma” (Ghost, Writer, R. Polanski, 2010).
La narrativa de Polanski para esta cinta, trata con especial cuidado que la trama aumente de intensidad y de que el desequilibrio de los personajes vaya de menos a más. Construye tensiones que suben de tono y que al final terminan con el clásico final que es muy de su estilo: la sensación de que se ríe de nosotros, el público, con sonora carcajada.
Por lo demás, Eva Green esta desenfadada y cínica y Seigner luce profundamente confundida, tal y como se esperaría de acuerdo a sus personajes. El estilo Polanski también se nos aparece en la música, los delirios, los encierros. Aunque es importante decir que también tiene importantes huecos narrativos, algunos de ellos verdaderos obstáculos para que la historia fluya. Como lo dije al inicio, es verdad que no es de lo mejor en la filmografía de Polanski. Pero también es cierto que no cualquiera intenta seguir contando historias perturbadoras a los casi 85 años. Y eso, todos/as sus fans se lo agradecemos enormemente.