Como mágica e inolvidable, calificaron la noche del pasado 6 de marzo, los asistentes al concierto de
despedida de tierras mexicanas del músico neoyorquino Billy Joel, en el Foro Sol de la CDMX.
A pesar del frío inclemente que obligó al cantante a usar gorro, bufanda y guantes, los más de 54,500
asistentes, corearon y bailaron cada una de las interpretaciones que Joel preparó en su lista de canciones
seleccionadas para decir adiós a nuestro país, como agradecimiento motivado por el gran recibimiento y
aceptación que tuvo en sus visitas anteriores a tierras aztecas en los años 1991 y 2007.
El seis veces ganador del premio Grammy, deleitó a sus seguidores con temas representativos de su
trayectoria musical que abarca cinco decadas y que combinado con la espectacular potencia y claridad que
mantiene su voz, le han llevado a vender más de 150 millones de copias de sus discos alrededor del
mundo, convirtiéndolo así en uno de los íconos más representativos de la cultura musical en el género
rock pop.
Con la amabilidad que lo caracteriza, se esforzó por hablar un poco en idioma español para beneplácito y
júbilo del público, que le respondía con ovaciones, desmostrando calidez y cariño a su ídolo. Agradecido,
el originario de Long Island, Nueva York, posó sus manos sobre las teclas de su inseparable piano y con
acordes calmos, románticos y rítmicos, comenzó un viaje musical al pasado, llevando como invitados
especiales a los presentes.
Gente de todas las edades, la gran mayoría adultos que crecieron escuchando la
música de Billy, jóvenes y niños, que heredaron el gusto por el artista; disfrutaron de la interpretación en
vivo de éxitos como: “Big Shot”, “The Entretainer”, “New York State of Mind” “Allentown”, “She’s
Always a Woman”, “My Life”, “Honesty”, “Just The Way You Are”, “The River of Dreams” y su obra
cumbre; el himno con el que se consagró y que sirve también como sobrenombre con el que también es
conocido: “Piano Man”, viviéndose ahí el momento sublime, iluminado por la tribuna que simulaba un
cielo repleto de estrellas y la voz del cantante fundiéndose con las miles de gargantas, cantando al
unísono.
Con este último tema se despidió, pero la gente pedía más, lo aclamaron al punto de hacerlo
regresar e interpretar cuatro clásicos que alegraron y prendieron todavía más la velada y no podían faltar
en este adiós. “We Didn’t Start The Fire” fue el tema que (paradójicamente) “encendió el fuego”, para
después dar paso a los acordes inspirados por una chica, que en palabras del músico, siempre será su
“Uptown Girl”, continuó con la melodía que habla acerca de un nuevo sonido divertido, pero Billy dice:
“It’s Still Rock And Roll To Me”. Con el ánimo a tope, llegó la interpretación final, “You Maybe Right”
y después las luces se apagaron. Cayó así el telón de las presentaciones en nuestro país por parte de un
gran genio de la música. Se dio así, una despedida que en realidad será una eterna comunión entre Billy
Joel y su público mexicano.
Texto e imágenes: David Mendoza.