Por Norma Lorena Loeza
Black Panther. USA 2017
Dir: Ryan Coogler.
Reparto: Chadwik Boseman, Michael B. Jordan, Lupita Nyong´o, Danui Gurira, Daniel Kaluuya, Angela Basset, Forest Whitaker, Andy Serkis.
Probado está que los comics son mucho más que mero entretenimiento. Usando una técnica sencilla (viñetas, color y globos de diálogo) han logrado formar parte del entramado aparato cultural pop del Siglo XX y saltar sin dificultades al XXI. Su paso al cine se observa cada vez más saludable, logrando con las últimas propuestas, incluso apartarse de las primeras cintas y apostando cada vez a historias más profundas, más adultas y con menos capas y antifaces.
Black Panther, irrumpe en este 2018 con una propuesta de este tipo. La historia del príncipe heredero de Wakanda, ya se señala como una de las mejores logradas del Universo Marvel, no solamente por ser un trabajo redondo y con buen oficio de narrativa cinematográfica, sino porque trasciende la historieta con un mensaje profundo en contra del racismo y la colonización.
Es más, podría decirse que la verdadera protagonista de la película es Wakanda, una inexistente nación africana que cuenta con metal llamado vibranio. El metal tiene extraños poderes, que usados de buen modo han permitido el avance científico y tecnológico de muchas maneras. El temor a que el mundo occidental le diera un mal uso al vibranio y rompiera con la paz y la armonía en Wakanda al intentar saquearlo, se traduce en separatismo y ruptura.
Wakanda se nos aparece como un lugar mítico – muy al estilo del universo Marvel- pero mucho más real que Asgard, por ejemplo. Un conflicto interno en la sucesión después de la muerte del Rey T´Chaka – que vimos en Capitán América Civil War (Russo, 2016)- hace que su hijo T´Challa (Boseman) regrese a Wakanda a asumir el trono. Sin embargo, un oscuro secreto en la familia real, lo llevará a descubrir la verdad sobre la política separatista y a luchar con su primo por el trono de la fantástica Wakanda.
Sin embargo y contrario a lo que pudiera pensarse, esta no es una intriga palaciega al estilo del Rey León, o una rivalidad al estilo Thor y Loki. En momentos hace guiños a ambas cintas, pero el pariente en discordia en esta ocasión, tiene un discurso revolucionario, mucho más interesante que la sola ambición de poder. Michael B. Jordan logra con este trabajo uno de los villanos mejor logrados de Marvel, mostrando resentimiento genuino hacia el saqueo de un continente, el racismo y la discriminación.
La cinta podrá ser divertida, pero al tiempo resulta un vehículo muy útil, para cuestionarse la geopolítica en términos diferentes. ¿Se imaginan África sin pobreza y siendo dueña de sus recursos naturales de manera autónoma? Cierren los ojos e imaginen Wakanda.
La cinta también destaca por los poderosos personajes femeninos que toman las riendas de la historia en muchos momentos, por una banda sonora impecable y por la elección del elenco, que logra actuaciones brillantes, como tradicionalmente no se esperaría en una película de super héroes.
Al final, un mensaje político claro en contra del muro fronterizo de Donald Trump confirma lo que ya sabíamos. Nunca el arte es neutral. Y es bueno que así se mantenga.