Lupita y José Alberto, Corresponsales Viajeros de Artes9.com y Archivo Cultural BENYCA.
Amigas, amigos, al sintonizar esta diábolica máquina me aparece una publicación compartida por el Doctor Julio Camarillo Melchor (Julio Melchor), en referencia a la compra de un café vietnamita que se cotiza en 500 dolares el kilo, algo en verdad fuera de toda posibilidad y de locura, por lo que dejo la reseña del viaje a comprar pan en Acámbaro, Gto. y me remito a la defensa de nuestro café. El Café Mexicano, que humildemente se cotiza entre 160 y 180 pesos por kilo, tostado, molido, sabroso, nacional y sano.
Por mi quinta edad, me tocó ser testigo de los años de gloria de nuestra rubiácea allá por los años 70 y 80s., antes de ese tiempo, los mexicanos tomábamos solamente café adulterado ya fuera a granel o envasado por reconocidas marcas extranjeras, no había respeto ni defensa a los consumidores, menos había defensa a los productores, a pesar de que existía, me parece que desde 1953, el Instituto Mexicano del Café, órgano regulador para una sana relación entre productores y consumidores nacionales y representante de México ante otros países y organizaciones internacionales, pero lamentablemente, no se notaba y casi nadie sabíamos que existía ese Instituto, para más señas, no sé si todavía existe.
Afortunadamente, por ahí de 1973 la situación cambió para todos, principalmente para los productores, claro, sin dejar de lado a los tomadores y degustadores de Café Mexicanos que empezamos a saber que nuestra delicia estimulante era producido en laderas montañosas con altitudes desde 700 hasta 1,100 metros sobre el nivel del mar y que nuestros «Primas Lavados» eran altamente cotizados en el mundo. Así, conocimos a través de todos los medios que la calidad de un Prima Lavado de Tapachula, Chis., o de Coatepec, de Córdoba y de Tlapacoya, Ver., igual que el de Cuetzálan, Puebla y el Pluma Hidalgo de Oaxaca, competían en el mundo contra los Colombianos y los Costarricenses, dignamente. Además nos enteramos que México era el tercer productor de café arábigo en el mundo, es decir, el INMECAFÉ, nos despertó la conciencia, nos estimuló el buen gusto y nos hizo valorar el producto nacional por excelencia.
Tomemos Café Mexicano como nos enseñó el INMECAFÉ, que marcó la época del antes y el después en materia cafetalera. En todo el país y en todas las Ferias Estatales lo encontramos, se produce en Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, Guerrero, Michoacán y Nayarit, principalmente, pero hay focos de producción en Colima, Querétaro, Morelos y otros estados que por la edad se me olvidan, pero lo que no se me olvida, es que casi todas las variedades de nuestro café es de los considerados «Suaves» (arábigas), lo contrario de los brasileños, africanos y asiáticos, que son «Agrios o Fuertes».

Doctor Julio Melcho; Recétanos un cafecito mexicano o con leche, para saborearlo con pan de Acámbaro y reponernos pronto de la diaria fatiga.
Salud y Saludos, aunque sea pleonasmo y un afectuoso recuerdo para Don Fausto Cantú Peña (Director del Instituto Mexicano del Café en la década de los 70) y su apreciable familia, la señora Fela Cantú y sus hijos Rosa Elena, Fausto y David.