No habrá James Bond en un buen rato. La MGM decidió cancelar la película número 23 de su franquicia más exitosa.
Y si prefirieron dejar a James Bond en paz, olvídense de «El Hobbit», la MGM está en etapa terminal.
Sam Mendes y Daniel Craig, director y protagonista de «Bond 23», quedan libres para ocupar su tiempo en otros proyectos.
La única posibilidad de ver en el cine al personaje del 007 es que la MGM venda los derechos de la franquicia o bien, que alguien compre al estudio.
La realidad es que el orgullo terco de los accionistas de la Metro Goldwyn Meyer ha provocado que haya una parálisis total en todos su proyectos.
Varias empresas se han acercado con la intención de comprar el estudio, entre ellas Time Warner, pero la mayoría de los accionistas se resiste a vender lo que queda de un glorioso estudio que aportó grandes éxitos en la historia de Hollywood.
Prefieren dejarlo morir lentamente.