Después del gran éxito que supuso el cierre de la trilogía Toy Story el verano pasado, Pixar parece decidida a espaciar sus estrenos nuevos e incursionar en el redituable mercado de las secuelas. CARS 2 ahora y Monster University para el 2012, harán que su próxima producción original (Brave) llegue a las pantallas con casi dos años de retraso. Pero el experimento en esta ocasión parece valer la pena, o por lo menos eso se espera de la taquilla.
Cars 2 demuestra lo importante que es que los personajes crezcan con su público. La primera película hizo las delicias de niños pequeños entre preescolar y primeros años de primaria, a quienes además estaba dirigido todo el marketing correspondiente: mochilas, playeras, juguetes, y un largo etcétera.
Para esta cinta, la historia es mucho más compleja, pensando en un público pre adolescente y en adultos fanáticos de las carreras y el automovilismo.
Y es que en esta ocasión al Rayo McQueen lo vemos poco. Una historia de espionaje internacional teniendo como escenario un circuito en Japón, Italia e Inglaterra es la trama central de la película. Solo que la historia encuentra en Mate un héroe inesperado que se convierte en el protagonista central, aunque en medio de tanta acción se dé tiempo de transmitir un mensaje aleccionador sobre ser uno mismo y saber reconocer a los amigos de verdad.
Un gran ritmo, imágenes grandiosas y gags al por mayor hace que todo mundo en la sala considere el precio del boleto como bien invertido. Pero uno no deja de pensar que segundas partes nunca fueron del todo buenas y que ahora si no hay nada nuevo (vaya, ni el acostumbrado corto de la entrada), y que quizás hasta una empresa como Pixar prefiera la seguridad de las fórmulas ya probadas y no quiera arriesgarse demasiado. Bueno, la madurez a todos nos llega ¿o no?
Lo mejor:
Los autos son sorprendentes, brillantes y veloces, bólidos de colores vistosos en las carreras. Un espectáculo visual sorprendente incluso sin necesidad del 3D.
La recreación cultural de cada país: el teatro kabuki, el baño japonés, la riviera italiana, París sus sitios turísticos, los guardias de Buckingham.
Los “famosos”: Los corredores como Memo López o Pablo Montoya, la Reina y su nieto o el Papa. Divertido y creativo
El Aston martin en versión 007 motorizado está más que excelente. Logra transmitir la elegancia, la astucia, el aire seductor ¡en cuatro ruedas! Es de verdad un gran personaje.
Lo peor:
El soundtrack de Cars era excelente. Incluía – por ejemplo- a Tom Cochrane con su “Life is a Highway” a Sheryl Crow, y a Chuck Berry con “Route 666.” No sé en que momento alguien pensó que incluir para esta segunda parte y en la versión en español, a Moderato con un pésimo cover a “You might think” original de The cars, era buena idea. Y no conformes con eso hacen otro pésimo cover de una – de por sí- mediocre canción ochentera “Autos, moda y rockn´roll” para los créditos finales. Muy desafortunada elección en ambos casos.
La historia no crece, y con todo y colores y gráficas nuevas, no consigue superar otros trabajos de Pixar, que a querer o no, nos ha convertido en un público cada vez más exigente.
¿Y qué pasó con Hudson Hornet? ¿Los autos mueren?