Norma Lorena Loeza
Pet Sematary. USA, 2019.
- Dir: Kevin Kölsch, Dennis Widmyer
- Reparto: Jason Clarke, Amy Seimetz, John Lithgow, Jeté Laurence, Hugo y Lucas Lavoie, Obssa Ahmed.
La verdad es que en plena era del remake, era cosa de tiempo que alguien pensara que Cementerio de Mascotas (Pet Sematary, M. Lambert 1989) era una buena candidata para traerla de vuelta. Quizá animado por el gran trabajo logrado en la actualización de Eso (It, A. Muschietti, 2017) Paramount decide hacer una nueva versión de este clásico ochentero, basado en una de las novelas más reconocidas y exitosas de Stephen King, quien no necesita mayor presentación: Todo el mundo sabe quién es el gran maestro del terror contemporáneo de la cultura pop.
En realidad, el éxito de las historias de Stephen King para producir terror, consiste en la mirada siniestra con que el autor se ocupa de los asuntos domésticos y cotidianos. En este caso, King construye en su novela el dramático momento en que debemos afrontar la muerte como algo definitivo. El intento de que la muerte pueda vencerse es algo antinatural, imposible de acuerdo a toda lógica y por tanto, el intento de lograrlo dará como resultado una abominación aterradora.
La primera adaptación de la película es una de las más exitosas propuestas cinematográficas de las novelas de King, y por ello, esta nueva película se esperaba con muchísima expectativa. Pero como el propio King lo expresa en su novela: “nunca es el mismo el que regresa” y esta cinta resulta una irónica comprobación de ello.
La adaptación no es mala, a pesar de tomarse algunas libertades creativas. Gracias al tráiler, sabemos que en esta ocasión, no es el pequeño hijo de los Creed quien muere, sino la hija mayor del matrimonio. Esta es una decisión crucial, pero que sin duda es la mejor tomada en el proceso de realización de la película. En realidad es también muestra de un mejor esfuerzo por delinear mejor a los personajes y hacerlos más complejos para entender mejor sus motivaciones.
Stephen King ha contado que la escena del tráiler está inspirada en un momento de la vida real, cuando su propio hijo estuvo a punto de ser atropellado. Es clave en la narración porque el no aceptar la trágica muerte de un ser querido, es lo que detona los hechos sobrenaturales en esta historia. Esta escena en la película actual es mucho más compleja y de lo mejor logrado de la cinta.
El gato es mucho más aterrador – eso sí se logra con mejores efectos especiales- y Lithgow cuenta con mejores elementos para construir un personaje atormentado. Sin embargo, la película no cuaja del todo cuando se pierde su sentido original, que es el de aceptar la definitividad de la muerte y no esperar que ir en contra de las leyes de la vida, pueda ser una salida macabra, pero posible.
El relato parece llevar al espectador a los lugares comunes que conoce, pero cambiar el sentido de la historia, ocasiona que las piezas ya no encajen del todo. No podría haber un final feliz, pero tampoco uno tan apartado del sentido original.
Una lástima, porque la película tiene aciertos brillantes y muchos momentos aterradores que hacen saltar al público del asiento. Pero se desarma hacia el final, y el argumento termina por deconstruirse hasta no reconocerse. No hay mucho que agregar: Advertidos/as quedan.