Saludos y nuevamente gracias por leer. Antes que nada una disculpa por la tardanza en la presentación del siguiente texto, finalmente brindo la aclaración de que se trataré en la medida de lo posible que a partir de este momento se cumpla tal como se previó la entrega cada quince días.
Retomando entonces la vez pasada establecí una relación básica con respecto a la situación social ante el comportamiento de las mujeres geeks, sin embargo considero necesario para un correcto desarrollo de la idea, que se amplíe la explicación de éste término y de la relación con el “falso geek” concebido actualmente.
¿Qué es ser geek?
Si nos vamos a las definiciones exactas, el término es puramente de habla inglesa y en últimas fechas se ha arraigado en la definición latina; su traducción más directa sería ñoños, pero no atiende a todas las características que incluye per se ese vocablo, de ahí que se haya amalgamado el término de friki para uso de toda definición asociada, pero ese término se puede presentar a estudio en otro momento más adelante.
De entrada la definición de geek abarca distintos tipos de gustos o características de personas, así que trataré de desglosar lo más posible sin extenderme demasiado; se dice que el origen de la palabra refiere a los actores de carnaval cuyo acto consistía en arrancar cabezas de pollos y comer vidrios, después derivó en definir a cualquier persona que hiciera un trabajo considerado raro por su naturaleza o características. Actualmente goza de una presencia y un status que antes no tenía, pues ha expandido su definición a la especificidad del conocimiento sobre un tema en particular, pero no solamente en manera teórica, sino de la búsqueda de un verdadero entendimiento a profundidad sobre ese rubro, cayendo incluso en tendencias cuasi obsesivas.
En el caso de estas tendencias se va generalmente por temáticas de la cultura pop, sobre todo por la atención y presencia globalizadora que ha gozado estos últimos años. Lo cual permite la expansión de los fanáticos alrededor del mundo, permitiendo que existan ya incluso códigos de reconocimiento internacional de cada uno de estos y una especie de hermandad, de aceptación y por lo mismo de segmentación inconsciente.
Esta necesidad de unión entre los que comparten el mismo gusto, genera al mismo tiempo ese efecto de creación de etiquetas para poder diferenciar a aquellos que son verdaderos geeks del tema o si sólo aceptan o se dicen fans por moda o en el peor de los casos para los seguidores a profusión, los que les gusta pero no saben nada realmente.
De ese término de donde se gesta el del verdadero geek y la etiqueta negativa del falso geek. Siendo así que el uso de tipología generalizada se une a la concepción social de la vez pasada, en donde la primer etiqueta es la de la pertenencia a la cuestión de género y por tanto la postura inmediata siguiente es la de la falsa aceptación del gusto de parte de la sociedad.
Por lo que se asume inmediatamente que una mujer no puede, o es más no debe, tener este tipo de gustos, pues es tipificado socialmente que la mujer es mucho más madura que el hombre; cargando con esa cerrazón no sólo de la sociedad, sino de la misma congregación generada por los fans ante la posibilidad de defender sus gustos geek.
Cuestión que termina con la situación de tener que defender, afinar, refinar, rebatir y demostrar continuamente con argumentos e incluso pruebas físicas (alusivas a la necesidad comprobable del gusto geek traducido en colección particular), que se vuelven a veces tan continuas y por ende tan tediosas, que se prefiere evitar esos momentos incómodos.
Sin embargo esta tendencia ha ido en disminución conforme nos acercamos a esta época, pues actualmente podemos diferenciar dos principales posturas de la mujer geek ante esos gestos. Posturas de las cuales hablaremos más profundamente en la siguiente entrega.
Nuevamente doy gracias por su tiempo y lectura, espero sus comentarios y hasta la próxima.