Por Norma Lorena Loeza
Cloverfield Paradox.USA 2017.
- Dir: Julius Onah
- Reparto: Gugu Mbatha- Crudo, Daniel Brühl, Zhang Ziyi, Chris O´Dowd, John Ortiz, Elizabeth Debiki, Aksel Hennie, Donal Logue.
Si en algo hay talento en el manejo de esta franquicia, es en generar expectativas y misterio. Nunca ha sido particularmente una historia destacada y sin embargo ha logrado que a diez años del lanzamiento de una cinta – que casi podría decirse experimental por su bajo costo y sencillez argumentativa- estemos hablando de su tercera parte sin que ni siquiera nos hayan contado bien a bien de que trataba la primera.
Desacuerdos con Paramount y un anuncio sorpresivo en pleno Super Bowl LII de su estreno en la plataforma Netflix, aumentó el interés y la curiosidad. Quizá por ello resulte triste y decepcionante que tanta expectativa termine en una cinta regular, plagada de lugares comunes y en la cual obtenemos más preguntas que respuestas.
Cloverfield Paradox, nos intenta mostrar una realidad alterna a los sucesos de 2008, cuando en la Tierra veíamos a un monstruo (que nunca supimos de donde vino) destruir Nueva York. La película nos lleva a una misión internacional en el espacio, donde se prueba un acelerador de partículas, intentando obtener energía sustentable para nuestro planeta moribundo. Entendimos entonces porque un título alternativo para esta cinta era “La partícula de Dios”, pero en realidad muy poco además de eso.
El experimento falla, llevando a la tripulación a una dimensión alterna, llena de aterradoras situaciones que harían dudar a cualquiera de los asideros más básicos de la existencia: ¿somos quienes decimos ser? ¿Estamos donde creemos estar? ¿Quiénes seríamos en una realidad alterna?
Con guiños claros a cintas como Interestellar (C. Nolan, 2014), Alien (R. Scott, 1979), Event Horizont ( P. W.S Anderson, 1979) e incluso Life (D. Espinosa, 2017), la cinta no logra aportar nada nuevo y en realidad es más confusa que cualquiera de sus influencias.
La película funciona hasta los primeros 40 minutos, donde logra plantear una problemática interesante, que atrae el interés de la audiencia. Sin embargo, huecos narrativos y situaciones poco lógicas – vamos, hasta en la paradoja hay reglas básicas- hacen que lleguemos al final más por curiosidad que por verdadero interés. Es una pena desaprovechar el profesionalismo del elenco que logra interpretaciones emotivas y destacadas, para un guion que carece de sentido conforme avanza la trama.
Al final, el único viaje a una realidad alterna que como público nos queda, es la sensación de que esta película ya la hemos visto. Y era mejor en todas las otras de donde tomaron los clichés y los lugares comunes. Una cosa es sorprender al mundo con una especie de Godzilla de bajo presupuesto. Y otra muy distinta, intentar explicar lo que no necesitaba tanta explicación. Advertidos quedan.