El 7 de marzo, más de 41 millones de norteamericanos vieron cómo la película «The Hurt Locker» ganaba el premio a la mejor película durante la presentación de los Oscar, el glamoroso ritual anual que le recuerda al mundo que Hollywood es el centro mundial de la industria del cine y el entretenimiento. Sin embargo, «The Hurt Locker» fue filmado en Jordania, no en Hollywood. Quizás así es como debe ser por tratarse de una película que se desarrolla en Iraq. Pero ¿qué sucede con «Battle: Los Ángeles»? Ésta será exhibida el año que viene, es una película sobre los marinos que luchan contra una invasión extraterrestre. Y se está filmando en Luisiana. California se ha preocupado desde 1998 de la fuga de producción cuando Canadá comenzó a atraer a los productores y a sus equipos para que dejaran Los Ángeles con ofertas de privilegios fiscales. Otros lugares hicieron lo mismo, y todos menos siete estados norteamericanos y otros 24 países ofrecen ahora, o están preparados para ofrecer, reembolsos, subvenciones o créditos impositivos que representan un ahorro de 20%, 30% o hasta 40% del costo de filmación de una película.
Estos incentivos se han convertido en un factor importantísimo al elegir dónde filmar una película. Dice Amy Lemisch, la directora de la California Film Commission, un organismo estatal que trata de retener la producción de películas, que los tipos de Hollywood están acostumbrados a los rodajes fuera del estudio. Dice ella que en la actualidad los productores primero comparan los incentivos ofrecidos por los diferentes lugares antes de estudiar los guiones para determinar qué lugar de la lista corta tiene más sentido. Ella estima que los estudios de filmación compartidos de California (los de los seis estudios más grandes) disminuyeron de un 66% en el 2003 a 34% en el 2008, y se han reducido aún más desde entonces.
La disminución de los rodajes habría sido aún más rápida si California, el pasado julio, no se hubiese unido al juego de dar incentivos. Diez películas que de otro modo se hubiesen filmado fuera del estado fueron filmadas en Los Ángeles en la segunda mitad del 2009 simplemente por la ayuda financiera recibida. Dice Ms Lemisch que los incentivos de California son relativamente modestos y que de todos modos expiran en el 2014.
Parece extraño que estados con crisis presupuestarias, tales como Michigan, Nueva York o California, elijan hacer sus déficits peores con estas dádivas – y en Michigan los créditos impositivos de hecho se han tornado controversiales. Pero tanto los estados como los países están entusiasmados con ser anfitriones de los equipos de filmación, por una muy buena razón. Sin necesidad de construir factorías, el beneficio económico es instantáneo. Jack Kyser de la Corporación de Desarrollo Económico del Condado de Los Ángeles calcula que una película promedio (con un presupuesto de $32 millones) puede resultar en 141 empleos directos, desde un abastecedor de alimentos hasta los maquillistas, y otros 425 empleos indirectos. Y genera $4.1 millones en impuestos al consumidor e impuesto sobre la renta.
Por lo tanto, aun con sus escuelas de filmación y sus ejércitos de camarógrafos y extras, Hollywood no está tan seguro como se pensaba. El negocio de hacer películas podría dividirse, dice la Sra. Lemisch, con los abogados, los agentes y otros que usan trajes permaneciendo en sus villas de Brentwood y Bel Air, y los equipos de filmación acampando. Además, cada vez que se filma una película en otro estado, los locales aprenden destrezas que hacen las próximas filmaciones más fáciles. Una muestra de la desesperación de Los Ángeles es que la ciudad está considerando ofrecer gratis a los equipos de filmación su recurso más preciado- lugares de parqueo.
En la actualidad los productores primero comparan
los incentivos ofrecidos por los diferentes lugares
antes de estudiar los guiones para determinar qué
lugar de la lista corta tiene más sentido. Se estima
que los estudios de filmación compartidos de
California (los de los seis estudios más grandes)
disminuyeron los rodajes de un 66% en el 2003 a 34%
en el 2008, y se han reducido aún más desde entonces.