José Alberto, Corresponsal Viajero de Artes9.com y Archivo Cultural BENYCA
Con H o sin H, pero Cuauhtepec (Cerro de Águilas Cuauhtlli- Águila Tepetl- Cerro) tiene ya su glifo emblemático, justo a la entrada más tradicional, exactamente en el viejo crucero del viejo camino Cuautepec, La Villa/ Chalma la Villa, a unos pasos de las oficinas y talleres expropiados a la antiquísima Ruta 8 con las corridas de Bandera: «Zacatenco la Villa» y «Ticomán La Villa». Un afectuoso saludo a los herederos de los emprendedores transportistas que fundaron la gloriosa Ruta 8, pero ahora, las nuevas generaciones se preocupan por buscar la identidad olvidada en el camino del «progreso», en la competencia por ver quién tenía más terrenos que vender, la historia; que la busquen otros. Y esos otros ya llegaron, pero no quieren irse sin dejar huella, o sin dejar malos recuerdos, y las felicidades actualizadas son para los integrantes del Equipo Comunitario de Cuahutepec en sus dos facetas: la de Administración y la de Supervisión, pues todos en conjunto, según declaraciones a Artes9.com del señor Marcos Carbajal, el trabajo en equipo logró conseguir un financiamiento que bien administrado, se tradujo en la obra que a partir de la fecha es el Emblema más representativo de este arrinconado pueblo de cantera, nopales, magueyes, biznagas, zapotes y dulces mujeres como su aguamiel, entre cientos de productos más, nacidos en este pueblo.
Este glifo traducido del pensamiento al esfuerzo y a la realización, contó con la ayuda de la comunidad que con su donación de llaves para la cabeza del Águila Azteca que lo corona, toma fuerza y representatívidad para encontrar la identidad al despertar la conciencia de nativos y avencidados, que todos somos Cuauhtepequenses, que todos vivimos aquí, gracias a Dios, sea cuál sea la procedencia, ya nos subimos al barco de la rica historia de este Rincón de Don Diego, aquí donde Cuauhtémoc fue nombrado Huey Tlatoani, por mandato Real, y nuestra obligación es saber que tenemos 10,000 (diez mil) años de tradiciones que defender, que divulgar.
Una felicitación al escultor José Armando Soto Lizárraga, creador de la escultura, joven con vena de verdadero genio de la escultura y en esta obra lo demuestra, pero además nativo de aquí, orgullosamente Cuauhtepecano o Cuauhtepequense pero con sangre nahuátlaca de los fundadores de Cuauhtepec en sus venas y tres mil años de residencia en este fértil valle, donde se han inspirado, como él, artistas de la talla de Juventino Rosas, José María Velazco, el Doctor Atl, Pedro Infante, Blanca Estela Pavón, Silvia Pinal, Angélica María, Sara Montiél, Los Hermanos Soler, entre otros.
Lugares que vieron con asombro a Fidel Castro Ruz entrenando guerrilleros y a Rubén el Púas Olivares entrenando para ser brillante multicampeón en su deporte, el Box y cientos de personajes que han desfilado por sus oficios o por el puro gusto de comer barbacoa dominguera y tomar pulque, principalmente en el Barrio Bajo, especialmente con los Durán, ya de regreso, comprar leche con Don Trini y echarse el neutle caminero con el famoso Chino tlachiquero, Román, de Zacatecas, sí, pero con más de ochenta años viviendo aquí. Saludos y Felicidades.