Considerada de culto, Y prácticamente sin argumento en contra de esta categorización, el increíble manga creado por Tsugumi Ōba e ilustrado por Takeshi Obata -posteriormente dirigido en anime por Tetsurō Araki- está de vuelta, demostrando que quizás, es verdad que nunca estaremos realmente preparados/as para dejarla ir.
La asombrosa historia de una libreta que es capaz de matar a la persona cuyo nombre se escriba en ella, siegue siendo tan seductora como lo fue en su inicio. Era 2003 cuando el manga comenzó a publicarse semanalmente, concluyendo en 2006, después de 12 volúmenes y 108 capítulos. Ese mismo 2006, se estrenó el anime, que con 37 capítulos, se convirtió en un fenómeno mundial, al que siguieron películas live action (incluyendo una muy mala realizada recientemente por Netflix) dos novelas gráficas, un videojuego y hasta un musical.
Más allá de la mercadotencia y la parafernalia, Death Note se benefició enormemente de la masificación en el acceso a internet a nivel mundial. A diferencia de las décadas de los ochenta y noventa, cuando los mangas eran extraños materiales difíciles de conseguir y muy pocos animes llegaban a ser transmitidos por cadenas de televisión fuera de Japón, las redes sociales permitieron una proliferación de foros, grupos, fan art, fan fiction y un diálogo mundial con teorías, historias alterna y especulaciones que sigue fascinando al mundo.
Pero además de ello, hay que reconocer que la historia misma era altamente adictiva. Una especie de thriller policiaco con elementos sobrenaturales y con un trasfondo ético acerca de la vida, la muerte y la justicia, que no tardó en maravillar a la audiencia por lo complejo y deslumbrante de su argumento. Ōba y Obata, sus autores, en realidad nos regalaron a dos de los personajes más complejos, psicológicamente hablando, de toda la historia del anime: Tsugumi Ōba (Kira) y L. Lawliet (L), que constituyen una de las parejas de antagonistas más impactantes que existen.
Y es que aquí también hay que reconocer, que el éxito de Death Note no solo es producto de la circunstancia tecnológica o la mercadotecnia. Lo que generó en buena medida el amor profundo de millones de fans hacia esta historia, es la escenificación épica que se hace de un duelo intelectual, donde los límites del héroe y el villano se traspasan constantemente hasta fundirse. Y en ese escenario, el cuestionamiento acerca de si el fin justifica los medios, nunca se responde a la ligera.
A pesar de que las y los fans pedían a gritos una continuación o una historia que nos permitiera ver a Kira y a L en acción, sus creadores insistían en que la historia estaba concluida. Hasta ahora.
El 2020 arrancó con el anuncio de que un capítulo auto conclusivo se publicaría en línea y de manera gratuita. Las especulaciones no dejaron de formularse. ¿Sería el ansiado retorno de nuestro detective favorito? ¿Sería el inicio de una nueva serie? No podíamos saberlo hasta que el número estuviera publicado y fuera accesible.
Y finalmente lo estuvo. Un número One Shot de 87 páginas nos muestra a Near (sucesor de nuestro querido L) enfrentándose a un nuevo dueño de la terrible libreta y sucesor de Kira. Y si bien algunos personajes regresan, como Ryuk, el dios de la muerte ( El Shinigame) y dueño de la libreta, los más emblemáticos no, aunque su actualización les permite recursos extraños, como un cameo del mismísimo Donald Trump.
Por lo pronto, el revuelo ya ha comenzado. La fiebre por Death Note ya inunda las redes y se espera con ansiedad que pronto haya más noticias. Y es que a diferencia de sus protagonistas, esta historia definitivamente, se niega a morir.