Por Lorena Loeza
Desierto. México, 2015.
- Jonás Cuarón
- Reparto: Gael García, Jeffrey Dean Morgan, Alondra Hidalgo, Diego Cataño.
La migración es un fenómeno complejo que en el cine ha sido recuperado a través de las historias de todas aquellas personas que diariamente intentan cruzar la frontera, buscando una mejor vida para ellas y sus familias.
En esta ocasión, Jonás Cuarón nos presenta esta historia minimalista de supervivencia, una tendencia que ya le habíamos visto en Gravedad (Gravity, A. Cuarón, 2013) en donde participa junto con su padre en la exitosa cinta que abre un ciclo muy afortunado para los cineastas mexicanos en Hollywood.
Con pocos diálogos y un énfasis especial enfocado a las expresiones y emociones de las personas, la cinta nos narra la historia de un grupo de mexicanos que en su intento por cruzar la frontera, se encuentran en el desierto con un cazador de migrantes (Dean Morgan) que los acecha en una cacería feroz para impedirles el paso.
La historia pasa del drama mismo que representa la necesidad de la migrar, a convertirse en un vertiginoso thriller, un aterrador juego del gato y el ratón en pleno desierto. Realizado con una fotografía impecable, el desierto es mudo testigo de la lucha por la sobrevivencia de un puñado de personas en medio de la nada.
La cinta se enmarca en los discursos de odio de las actuales campañas presidenciales y en dado caso, es evidente que logrará trascender la pantalla para ofrecer un panorama más amplio y lograr influir en la opinión pública, acerca de lo que significa el racismo y la discriminación hacia la población migrante en Estados Unidos. Una oportunidad, de las muchas que tiene el cine, de mover a la reflexión fuera de la pantalla, en un tema que resulta desgarrador para las miles de familias que viven divididas y para quienes el sueño americano ha significado la muerte o la pérdida de un ser querido.
Hay que verla entonces, por su importancia en abrir la discusión hacia el público en ambos lados de la frontera, pero además de eso, porque es una propuesta de calidad, una historia impactante, pero simple en sus argumentos y bien contada. Y por si fuera poco, orgullosamente mexicana. Muy recomendable.