Se llevó a cabo la tradicional celebración de Día de Muertos en el pueblo de San Andrés Mixquic, situado
dentro de la alcaldía Tláhuac, en la Ciudad de México.
Como cada año, las calles de esta localidad se llenaron de ambiente de fiesta, colorido, aromas y mares de gente en sus calles para festejar durante tres días a los fieles difuntos. Aquellos quienes ya se han ido físicamente y que los pobladores recuerdan acudiendo al panteón desde finales del mes de septiembre, para invitarlos a que los visiten el día 2 de noviembre, fecha en la que los reciben con altares adornados con papel picado, veladoras o cirios, incienso y fotografías. Además en ellos depositan una ofrenda con comida, bebida y dulces, todo lo que en vida era del gusto de quien ya no está.
El festejo comprendió un sinnúmero de actividades, entre las que destacaron: las exhibiciones de danza,
teatro y conciertos al aire libre, teniendo como principal atractivo la “Alumbrada”; miles de velas que dan
luz al cementerio que rodea el templo de San Andrés Apóstol. El campo santo es adornado por un inmenso jardín florido, mayormente tapizado por la flor de Cempasúchil y que marca el momento de la
culminación de la celebración, al iluminar el camino de las almas que estuvieron de visita y que van de
vuelta al Mictlán, esperando al siguiente año para poder regresar.
Los miles de visitantes, nacionales y extranjeros que se dan cita año con año en Mixquic, han hecho que cada vez haya mayor variedad y número de atracciones para ofrecerles por parte de las autoridades de la alcaldía y el pueblo, siendo de los mejores lugares a nivel nacional para disfrutar esta festividad y
manteniendo de esta manera viva la tradición de celebrar el Día de Muertos. Esta fiesta tiene como
peculiaridad, desarrollarse en un pueblo ubicado dentro de una ciudad, detalle que lo vuelve único,
despertando el interés de estar en ese mágico sitio, considerado una puerta al inframundo.
Texto: David Mendoza.
Imágenes: Gabriel Villegas.