Photos: Maira Mayola.
La celebración del día de muertos es sin duda una de las más importantes y arraigadas entre la gente de México, muestra de ello es que existen comunidades o pequeños poblados aún en las grandes capitales que conservan sus tradiciones, mezcla de tradiciones católicas, paganas e incluso precolombinas, una muestra de ello, es el tradicional Barrio de San Juan Tlihuaca, comunidad ubicada a unos metros de la bullisosa Av. Aquiles Serdán, la cual conectan a la hoy ya muy poblada Delegación Azcapozalco con la Capital del País o el Estado de México, según se vea, su nombre, en náhuatl, significa «donde esta lo negro» y se refiere a que antiguamente en este pueblo se le consideraba un centro de brujería y magia negra.
La celebraciones inician el sábado 31 de octubre en el tradicional Panteón de San Juan, lugar donde se expuso parte de la obra del cartonero Gabriel Vargas Sandoval, y así como una representación teatral de la Llorona. Al día siguiente, es decir el 1 de noviembre se realiza una peregrinación de catrinas, así como la caminata de los famosos animeros, los cuales salen del kiosko ubicado en la «Glorieta de los Ahuehuetes», y de ahí recorren todas las calles del pueblo visitando a las ofrendas que se montan en casas y rezando por el descanso eterno de los fieles difuntos. Se trata de un grupo encabezado por un pregonero y un arriero que jala una carrito con niños de la comunidad, complementados por un contingente de pobladores, que entonan el cántico «Salgan, Salgan, Salgan animas en pena, que el Rosario Santo, rompa sus cadenas», en tanto que otros dos hombres reciben los regalos que les dan de las casas que visitan para después llevarlos al panteón y ahí depositarlos mientras se vela toda la noche a los santos difuntos, en el marco de esta celebración, la noche del 1 de noviembre, se proyecta una película en las bardas del panteón, y a la mañana siguiente, 2 de noviembre, se reparte la fruta y los dulces entre los niños de la comunidad, mientras que en la Iglesia de San Juan Bautista, se colocaba una ofrenda prehispánica, además de los tradicionales rosarios.
A menos de dos kilómetros de ahí, se realiza otro esfuerzo monumental y que sobre sale en la comunidad de la delegación, es el concurso de ofrendas que se realiza sobre el camellón de la Glorieta Camarones, en la que una ves más el ingenio y creatividad de los vecinos y comerciantes de la zona se impone a los intereses de algunos grupos. En este pequeño concurso destacó este 2015 el trabajo de la gente de la Escuela Secundaria Técnica 78 «Dr. Enrique Arteaga Luna» en la que maestros y alumnos nos llevaron en viaje al lago de Patzcuaro, en Michoacan, para recordar el día de muertos.