Este pasado 19 de noviembre, se llevó a cabo el Día Internacional del Hombre, una celebración que realmente muy pocos han oído mencionar, y mucho menos, el hecho de que la OMS ha declarado noviembre el mes internacional contra el cáncer prostático y testicular, padecimientos que cobran anualmente miles de vidas. Es curioso ver como ninguna empresa se lanzó a hacer alguna campaña de concientización, o que la gente llevara algún listón azul – o del color que prefieran – para hacer conciencia sobre este día. En general, se le dio una importancia mínima, no con los eventos, declaraciones y actividades que siempre hay alrededor del Día de la Mujer.
Uno de los grandes problemas que tiene actualmente el feminismo, es que si bien por un lado están tratando de conseguir un trato igualitario, por otro lado son ellas mismas las que tratan de remarcar mucho más las diferencias. En general, todos hemos podido notar como, a últimos años, se hace un especial hincapie en los derechos de la mujer, detener la violencia contra la mujer, vigilar la salud de la mujer… Y así en una repetición infinita, que hace que la palabra esté presente en todos lados. Lo cierto es que, en esa línea, nadie habla ya de personas. Es un hecho que, si luchamos por evitar la violencia, así en general, la violencia contra la mujer será también detenida. Si buscamos la igualdad de derechos laborales, la mujer estará dentro de estos beneficios. La pregunta es ¿Para qué dividir?.
Y sí, repetí la palabra mujer más allá de lo que la buena gramática permite, pero espero que todos hayan captado la intención.
¿Qué pasó con la igualdad? #diadelhombre
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