Grata sorpresa nos ofrece está producción México-Argentina, sobre todo por el avance técnico que demuestra el equipo mexicano de Anima Estudios, de quienes habíamos visto ya producciones demasiado tibias, y que ésta vez encuentran refuerzo con los argentinos Illusion Studios.
El caso de Don Gato es curioso; una serie animada de finales de los sesenta que fuera un fracaso en su país de origen, pero que sin embargo en México, y de ahí al resto de Latinoamérica, ha sido una de las caricaturas más populares y queridas por el público por más de treinta años. Gran parte de este éxito, se le debe al excelentísimo trabajo de doblaje, realizado cuando nuestro país era líder en el ramo, y que convirtiera a Don Gato y su pandilla en un combo de vagos sumamente entrañable, al que se le dotara de un espíritu muy nuestro.
Con estos antecedentes, se hecha a andar la idea de realizar una película de largo metraje estelarizada por este adorable sinvergüenza, el reto doble era muy grande, primero, el lograr presentar una historia que no hiciera perder la esencia del personaje, como habitualmente sucede cuando se trasladan a otros medios, y segunda, hacer que el trabajo de doblaje esté a la altura de las circunstancias. El primer obstáculo es apenas salvado, pues hay momentos en los que la historia se siente forzada, el segundo lo libran maravillosamente, el apoyarse en auténticos profesionales del doblaje es el mayor acierto de la producción, no solamente el haber recurrido a Jorge Arvizu, decano del doblaje en nuestro país y la voz original de Benito y Cucho, sino el procurar que las voces de los demás personajes tuvieran un timbre similar al de los originales, es en verdad de agradecerse, más cuando actualmente en México el trabajo de doblaje se le encomienda a “actores”, “locutores” o “conductores”, que gracias a la popularidad lograda por su sobre exposición en los medios, son los encargados de realizar estos trabajos para llamar la atención del público, obviamente sin la fuerza que le imprimiría un verdadero actor de doblaje.
Don Gato y su Pandilla es una cinta para niños mayores de treinta años, un pretexto perfecto para compartir con tus hijos ( a quienes a ratos les puede parecer lenta, pero innegablemente divertida), momentos de nostalgia y hasta de candor, ante las producciones cinematográficas y/o televisivas que están acostumbrados a ver. Los flashazos representados por los personajes aparecidos en la serie que van desfilando a lo largo de la película, y las referencias a la misma, son sencillamente increíbles, una cachetada nostálgica para quienes seguimos el programa en sus incontables repeticiones.
En la parte musical también hay destacables, como el abrir con el tema original de la serie y cerrar con New YorK Groove, de Ace Frehley (KISS).
Sin un ojo extremadamente crítico, Don Gato y su Pandilla es una película realmente disfrutable, y verdaderamente familiar. Si te gustaba la serie de televisión, verás con buenos ojos este regreso.
Por si alguna duda quedaba sobre la “mexicanidad” de Don Gato y su Pandilla, su estreno comercial está programado para el 16 de Septiembre.