- Texto Norma Lorena Loeza
- Video: Maira Mayola Benítez Carrillo
Con motivo del 55 aniversario luctuoso de Gerardo Murillo, Dr. Atl, el Museo Nacional de Arte organizó una interesante jornada que incluyó un recorrido por la exposición: Atl. Fuego, Tierra y Viento. Sublime Sensación, teniendo como anfitrión a Víctor Rodríguez Rangel curador de la misma y la proyección del documental «Dr. Atl» (1981), dirigido por Jaime Kuri y ganador del premio Ariel a mejor cortometraje educativo, científico y de divulgación. Para cerrar con broche de oro, hubo un recorrido dramatizado con actores caracterizados, a través de la exposición.
El Dr. Atl es sin duda un personaje sobresaliente de nuestro patrimonio artístico nacional. La exposición muestra solo un parte de la extensa producción del pintor, quien se considera el exponente más importante de paisajismo mexicano. Dividida en cuatro salas, se compone de 60 óleos, pinturas, litografías e impresos.
Una parte importante de la muestra está dedicada al volcán Paricutín, uno de los grandes ejes temáticos de su trabajo, ya que no sólo lo abordó desde una mirada artística, sino que también contribuyó con sus dibujos y descripciones, a entender mejor fenómenos propios de la vulcanología y la geología, que eran incipientes aún en la época en que le tocó vivir.
El Dr. Atl ( sobrenombre que quiere decir “agua” en náhuatl) no solo fue un pintor destacado con técnicas que hicieron escuela en muchas generaciones posteriores. Sus obras no solo buscaban plasmar la imagen, sino descifrar misterios científicos, pero también filosóficos y esotéricos. Hay en todo su trabajo una deslumbrante visión del fuego, el agua, y la tierra, en su más viva y majestuosa naturaleza.
Montañas y valles, volcanes y ríos, árboles y tormentas, son los temas recurrentes de su trabajo, estampas majestuosas siempre sin personas, como mudos y milenarios testigos de todas las transformaciones que les ha tocado presenciar.
La exposición también reúne trabajo de otros pintores influenciados por el artista como Luis Nishizawa, Pedro Flores, Mario Almela, y Jorge Obregón. Al final del recorrido, podemos decir que sabemos un poco más de un tan artista fascinante, complejo y apasionado que tuvo la visión de pintar volcanes no sólo porque eran hermosos, sino también porque quería comprenderlos mejor.
La exposición continuará hasta el 29 de septiembre de 2019. Es una excelente oportunidad para verla y disfrutarla, y de paso, darse una vuelta por el Museo Nacional de Arte, uno de los recintos culturales más bellos que existen en nuestro país. Anímense antes que acabe el verano.
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