Disney continúa con las adaptaciones a Live Action de sus clásicos animados. Para el Live Action de Dumbo, cuarto largometraje animado del estudio, trajeron a un director legendario. Venerado y favorito de muchos al mismo tiempo que es repudiado y señalado como sobrevalorado por otro tantos; Tim Burton.
Burton tenía la tarea de llevar a buen puerto el guión de Ehren Kruger acerca del elefantito (un favorito del publico de ayer hoy y siempre) de orejas grandes y con la inusual capacidad de volar. ¿ Lo consiguió? Solo digamos que consiguió llegar a puerto, pero no ha uno muy bueno. Y es que todo parte desde el guió, la idea básica es bastante simple Dumbo es un elefantito recién nacido que es señalado por su grandes orejas, convertido en una paría y alejado de su madre al querer esta defenderlo de los abuso.
Dumbo tiene que sobrellevar esta perdida y este bullying madurando, aceptándose pero sobretodo, creyendo en si mismo. Vamos! La historia es bastante simple, no ¿? Pues Kruger la enreda de tal modo que Dumbo deja de ser el protagonista de su propia historia cediendo terreno a los humanos que lo acompañaran en esta y repartiendo mucho de su peso y camino en otros. Pero al final es el sendero de Dumbo, no de unos humanos que incluimos en la historia para justificar el Live Action y ahí es uno de los grandes problemas que tiene la cinta… a nadie le crees nada, nadie te resulta real, todo se sienten acartonados no logras empatizar con ninguno de ellos ni con Holt (Ferrell), y su discapacidad física y emotiva con sus hijos, ni con Colette (Green) y su hartazgo de ser solo un decorado para el Imperio de Vandevere (Keaton) o con los niños Farrier y su sentimiento de pérdida de madre y padre (aunque este presente).
La trama simple se vuelve sosa monotona sin chispa de emoción y carente de humanidad. Y teniendo a Burton en el timón nos preguntamos cómo es que perdieron el rumbo de manera tan estrepitosa. Además la cinta no logra despegarse de los tiempos moderno aunque esté ambientada posterior a la primera guerra, sus correcciones políticas resultan inverosimiles. Entendemos que es una peli cuyo público meta es mayoritariamente infantil y que el mensaje es importante pero no pequemos con esa corrección política que se antoja más a fuerzas que de ganas.
De las actuaciones decir que solo Danny Devito se salva; el resto, Farrell, Green y Keaton están apenas cumplidores, nada que recordar por ahí. Los niños Farrier, Nico Parker y Finley Hobbins, grises a más no poder, nos atrevemos a decir que ambos son unas pésimas decisiones de casting, 0 carisma con este par. No todo es malo, el CGI de Dumbo es maravilloso, espectacular luego de los primeros minutos compras totalmente la idea no solo crees que pueda volar también crees que está ahí. Y no solo es que se vea bien, tiene más actuaciones y resulta más entrañable que varios del elenco. Ahí si, no encontrarán quejas. El diseño de producción muy en la media para ser Burton esperabamos mucho más de su estética, y no solo en los escenarios y esa Disneylandia negativa que vemos en pantalla también esperábamos mucho más en la construcción de los personajes, no solo los principales sobretodo en los secundarios, pero es una peli casi del montón.
Cabría preguntarnos el por qué del freno al director y a la misma Disney, porque es una peli que parece Disney pero que no se siente así. Y quizás aquí lo entiendan la música corre a cargo de Danny Elfman que ni se anima a tirarse de lleno con los temas clásicos ni se anima con su muy particular estilo, queda en un limbo extraño entre la magia Disney y algo con un estilo propio Elfmaniano (O Timburtesco) que resulta soso aburrido y nada sobresaliente. Un Live Action que bien nos pudimos ahorrar, nos quedamos mil veces con el clásico animado aunque como dijimos el CGI de Dumbo es maravilloso, quizás a la Academia le interese abrir esa categoría, Mejor Personaje Digital, aquí esta el primer candidato.