Norma Lorena Loeza
The circle. Emiratos Árabes Unidos, USA (2017)
- Dir: James Ponsoldt
- Reparto: Emma Watson, Tom Hanks, John Boyega, Ellar Coltrane, Karen Gillian, Bill Paxton.
Derivada de otro best seller adolescente, llega la versión fílmica de esta fábula orientada a alertar sobre los peligros de la tecnología para la pérdida de la privacidad y sus implicaciones sociales.
La cinta reúne a un elenco muy taquillero, pensando en que eso ayuda a tener un buen ingreso en las salas. Sin embargo, los enormes huecos narrativos y la ambigüedad de muchos de los planteamientos, le juegan en contra para generar mayor publicidad de boca en boca. De hecho, si ya decíamos que su mayor público es adolescente, la falta de ritmo y continuidad, son un factor megativo para ganarse el gusto del público que está por terminar el verano y volver a clases.
La cinta narra la historia de Mae (Watson), una chica que cree tener la oportunidad de su vida cuando cambia un aburrido trabajo de atención al cliente, por otro en un emporio que funciona como ciudad y donde hay flexibilidad en todo sentido, excepto en el hecho de que todas las personas están conectadas todo el tiempo. La adaptación es difícil, pero termina siendo la candidata perfecta para probar una nueva modalidad: portar una cámara todo el tiempo, haciendo tu vida “transparente” y a la vista del público.
De más está decir que el asunto fracasa en medio de una crisis personal severa con la moraleja de que la privacidad, también es un derecho que debe ser respetado tanto por el estado como por las empresas. La película plantea varias líneas en este sentido, que nunca llegan a buen fin, por lo que a ratos parece segmentada, corta, mal contada.
Además hay que decir que tampoco es novedosa. A ratos parece un capítulo largo de Back Mirror, y también nos recuerda a The Truman Show (P. Wier, 1998) a La red (The Net, I. Winker, 1995) y el ambiente paranoico que reina en propuestas más recientes, como Los Juegos del Hambre (G. Ross, 2012) o Divergente (N. Burger, 2014) también inspiradas en best sellers adolescentes.
En todos los casos mencionados está siempre presente la teoría del control, la idea de que nuestra vida puede estar siendo monitoreada y vigilada todo el tiempo a cambio de seguridad y bienestar. A caso lo más original de esta película es mostrar como un ambiente de trabajo “relajado” (con horarios flexibles, yoga, espacios para tus perros y demás) implica otras formas de control quizás más sutiles, pero igualmente opresivas. El control se digitaliza, pero existe. Siempre existe.
Finalmente, lo que sí es de destacar es el papel de Bill Paxton, fallecido recientemente y que en esta cinta tenemos oportunidad de ver una de sus últimas apariciones. En la película, Paxton interpreta el papel del papá de Mae, una persona con esclerosis múltiple. El asunto es importante, porque parte de lo más atractivo del nuevo empleo es que el padre de Mae tenga acceso a seguro médico y a tratamiento, lo que representa una oportunidad única de mejorar su calidad de vida. Esta es de hecho una de las líneas no desarrolladas y que podría ser interesante: el acceso a la salud a través de empresas y no de estado y las implicaciones éticas de esta situación. Además hay que decir que la esclerosis múltiple es un padecimiento costoso, considerado de gasto catastrófico. De ahí la importancia de visibilizarlo y esta es sin duda una buena oportunidad para ello.
Pero en fin, que nada del otro mundo a pesar del destacado elenco. Da qué pensar, pero no por lo que te mostraron sino por los huecos que quedaron por embonar. Que conste. Advertidos/as quedan.