Norma Lorena Loeza
México 2019.
- Sebastián del Amo
- Reparto: Damián Alcázar, Bárbara Mori, Javier López, Eugenio Derbez, Roberto Sosa, Ari Brickman, Lisa Owen, Rodrigo Murray.
Adaptaciones literarias llevadas a la pantalla grande hay por montones con resultados variopintos. Partiendo de la premisa de que la base de una buena película, siempre es una buena historia, no pocas son las veces que se ha mirado a la literatura como una de las principales contribuciones artísticas de las que echa mano el séptimo arte. Hay además una larga y todavía no concluida discusión acerca de si una película puede superar a la obra escrita, que ha dado lugar a controversias épicas, como la que se protagonizaron Stanley Kubrick y Stephen King a propósito de El resplandor.
En este caso, estamos ante la segunda adaptación cinematográfica de El Complot Mongol, la novela de Rafael Bernal publicada en 1969 y que es considerada la primera novela del género negro (noir) escrita por un mexicano. Y la verdad es que lo es con todo derecho, no solo por estar escrita en nuestro idioma, sino porque toma elementos de nuestra realidad cotidiana para construir los elementos básicos del género: intriga internacional, secretos, romance, humor negro y personajes siniestros en un ambiente sórdido, cruel y sin esperanza.
La novela de Bernal ya había sido llevada al cine en 1978, bajo la dirección de Antonio Eceiza y con Pedro Arméndariz Jr. y Blanca Guerra en los estelares. Se podría a hacer una comparación entre ambas propuestas, pero al final siempre regresaríamos al punto clave: estamos hablando de dos visiones muy diferentes pero no de la narrativa original.
El Complot Mongol de Sebastián del Amo es una narrativa actual y fresca, que evidentemente busca que las nuevas generaciones conecten con el México de los años 50 y para ello, construye un relato más cómico que sórdido, más de comedia que de humor negro. Y esa es parte de las razones por la que no funciona del todo, ya que con ello el director termina por eliminar al género negro – que distingue a la novela escrita- para quedarse solamente en el cine de policías y ladrones.
El elenco multiestelar de la cinta – por otra parte- es sin duda una buena estrategia para llevar público a las salas y en realidad, lo que menos podríamos cuestionar es un casting tan variado. Al final los personajes llevan a las actrices y actores por territorios donde hacen lo que saben y lo hacen bastante bien, al fin y al cabo contar la versión de la historia más cercana al melodrama telenovelero que al thriller policiaco, no es decisión de ellos/as sino del director.
Lo más extraño de todo, es que al final el asunto funciona: el público se ríe, reconoce los lugares de nuestra ciudad, se angustia e impacta con el desenlace y sale contento de haber pagado un boleto. Y después de todo, su mérito tiene – o debe tener- convertir el género negro en una película palomera.