POR: EDUARDO ARREDONDO B.
Ya se acerca un día más de muertos o Halloween para los que prefieran llamar de esta manera sus festejos (si, ya sé que algunos lo tachan de “malinchista”), lo que es un hecho es que en estas fechas mucha gente aprovecha para vestirse de su personaje favorito, no es de extrañar que entre los preferidos por las féminas están Merlina (Wednesday Friday Addams en su idioma original), la siniestra hija de Homero y Morticia Addams, así como esta última. Pertenecientes a la noble y lúgubre familia que salto a la fama por ahí de los años 60, gracias a la serie televisiva “The Addams Family” (Los Locos Addams para los latinos), que también a la sazón estrena obra de teatro esta semana.
Lo que tal vez algunos no sepan es que antes de dar el brinco a la pantalla chica, estos personajes nacieron en el seno de las páginas del semanario The New Yorker, gracias al imaginario de Charles Samuel, (Chas como solía firmar sus tiras) Addams quien supo mirar a la vida desde otro ángulo, manejando un humor tan negro y acido como encantador, imprimiendo a sus creaciones esa sátira e ironía tan comunes hoy en día, pero no tan común en su época.
Como muchos sabemos los años 40 en los Estados Unidos fue un período en donde el american way of life tenía una fuerte influencia en las creencias de las personas de la época, muchas cosas eran tabú y no era fácil dejar atrás las buenas costumbres. Fue en medio de esta atmosfera que Chas Addams supo que la vida es mejor si no la tomamos tan enserio, su trabajo está plagado de situaciones cotidianas pero tratadas de manera inteligente haciendo que el lector no se ofenda al representar lo cruel que pude ser el mundo real en sus trágicas viñetas, por el contrario sabe pintar una sonrisa cuando aborda temas como la muerte (en su mayor parte), el suicidio, la religión o la pobreza.
Addams no se cansa durante toda su carrera de hacer una crítica constante a los buenos valores de una manera agresiva y políticamente incorrecta, presentando una realidad torcida y un punto de vista burlón hacia la moral de más de uno. A veces me pregunto qué sería de la vida sin el trabajo de este hombre, pues programas como los Simpsons, South Park o las tiras de los conejitos suicidas sencillamente no serian lo mismo y qué decir de gente como Alex de la Iglesia o el mismo Tim Burton supongo que alguna vez habrán tenido un acercamiento con este bizarro artista, ya que su influencia se deja sentir en varios de sus trabajos.
Cabe mencionar que Chas no solo disfrutaba de mostrar el lado grotesco de la vida en las páginas del semanario New Yorker, en la vida real él era considerado todo un personaje tétrico, pues muchos pensaban que por lo escatológicos que eran sus chistes no podía ser una persona normal, nada más lejos de la realidad, ya que este audaz cartonista tuvo una infancia feliz y normal en Nueva Jersey, misma que paso en una vieja casa victoriana que serviría como modelo para que la habitara su obra más conocida, bajo estas circunstancias, gustaba de alimentar su leyenda con anécdotas como que dormía en ataúdes o que tomaba Martini con ojos humanos en lugar de aceitunas, por citar algunos casos. Este halo de misterio ayudaría a Addams a ser amado por gran parte del público y la crítica de su época, que ya había conquistado con su trabajo gráfico, tan es así que cuentan que el mismísimo amo del suspenso Alfred Hitchcock se presentó en la puerta de su casa siendo el comienzo a una estrecha amistad, teniendo gran impacto en la obra de este cineasta (¿alguna vez has visto con detenimiento la casa de Norman Bates?) haciéndolo un verdadero personaje de culto para las masas.
Este Bela Lugosi de los cartonistas como algunos le conocían también, realizó algunas portadas de discos, cubiertas de libros, carteles de cine (murder by death) y algunas portadas para la famosa tv Guide, como podrás darte cuenta su trabajo era muy solicitado.
Desde pequeño Addams tuvo un hobby inofensivo que era coleccionar automóviles en miniatura, que evolucionarían en autos reales, pero el destino que es el maestro del sarcasmo le guardaba una sorpresa, murió en 1988 al volante víctima de un ataque cardíaco a bordo de su auto deportivo, su mujer atinó a decir una perfecta forma de morir, digna de una caricatura de Chas.
Hablemos ahora de la obra maestra de este autor, la primera viñeta de la familia Addams se publica en 1938, en donde encontramos a Morticia y un hombre barbado (algunos creen que es una prematura versión de Largo) en su mansión atendiendo a un vendedor de aspiradoras, poco a poco fueron apareciendo el resto de los integrantes de esta “familia muy normal”. En viñetas solo se les conocía como la familia siniestra sin nombre, fue hasta que la cadena ABC adquirió los derechos para realizar la popular serie, que Chas les hereda su apellido, sorprendentemente a su obra insignia solo le dedico casi 30 tiras (algo ínfimo si tomamos en cuenta que realizo más de mil viñetas). Ese siniestro encanto que este artista lego al mundo, lo refleja en los miembros de esta peculiar y sórdida familia que los volvió muy populares en el semanario, pero realmente fue debido al gran éxito de la serie televisiva que se disparó su fama, y es también la causa del final de su trayectoria impresa, pues al ceder los derechos de la familia Addams, Chas jamás podría volver a publicarlos en la revista que los vio nacer.
Luego vendrían los dibujos animados, las películas e incluso un musical en Broadway, todo esto aderezado con sarcasmo e ironía, envuelto en una atmosfera tétrica y macabra que provoca diversión al espectador. Si quieres conocer un poco mas de estos personajes, estas de suerte, ya que por estos días en nuestro país se representa una nueva puesta en escena en el teatro de los insurgentes, con un elenco encabezado por Jesús Ochoa como Homero Addams, Susana Zabaleta Morticia, Gloria Aura Merlina, Gerardo González es el Tío Lucas, Raquel Pankowsky como La abuela y José Roberto Pisano como Largo. Mientras que los niños Miguel Ángel Pérez y Sebastián Gallegos alternarán el personaje de Pericles. Como veras querido lector, Chass Addams revoluciono lo que es ahora el uso del humor negro y supo enriquecernos la vida al acercarnos de manera consiente a esa fascinación que tiene el ser humano por lo macabro sin sentirnos culpables.