Norma Lorena Loeza
The Irishman. USA (2019)
- Martin Scorsese
- Reparto: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Ana Paquin, Harvey Keitel, Bobby Canavale, Katrine Narducci, Jesse Plemons.
El cine contemporáneo, tal y como lo conocemos, no se entendería sin un personaje como Martin Scorsese. A su ya larga lista de películas clásicas, icónicas, inolvidables e influyentes en nuestras vidas, sin duda habría que agregar ésta que podría subtitularse como la última tentación de Marty, (como se llama cariñosamente a Scorsese) para mostrarnos qué cosa es esto que llamamos cine y todo lo que se puede lograr con él como herramienta narrativa.
El irlandés, más que una película, es una sorprendente máster class sobre el séptimo arte, que conjunta todos los elementos que componen una obra maestra y que logran producir un clásico instantáneo. No hay en esta cinta un solo elemento que falte para lograr la excelencia: a la soberbia dirección y concepción de la obra, hay que sumar detalles impecables de adaptación cinematográfica, diseño de producción, musicalización, vestuario, maquillaje y efectos especiales, además de por supuesto, la inclusión de tres titanes de la actuación: Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, que además son los grandes íconos del cine de gángsters.
Basada en las memorias de Frank Sheeran -hombre de confianza, amigo y consejero de Jimmy Hoffa, el legendario líder del sindicato de transportistas en Esados Unidos- Martin Scorsese construye una historia de época, a través de varias décadas, donde también se toma su tiempo para apelar a la nostalgia colectiva recuperando grandes momentos y personajes de la historia norteamericana.
Como anticipa la primera escena de la película, esto es un viaje pausado, un relato minucioso, que nos llevará por donde el narrador lo decida. Robert de Niro, personificando a Frank Sheeran será el conducto de toda la historia, un relato de esos que nos gusta que nos cuenten los abuelos y abuelas, con detalles, humor, reflexión y miedo. De la culpa a la aceptación, este no es el camino del héroe al que estamos acostumbrados/as. Este es el camino del redimido, de quien mira su vida hacia atrás sin emoción ni angustia, consciente de que el sendero no lleva más que al final de todo.
Scorsese recoge la esencia del cine sobre la mafia, y lo reconstruye con todos sus elementos clásicos. No niega sus influencias, ensalza a los grandes autores, hace guiños hacia los clásicos- en alguna escena suena un estribillo del clásico tema El Padrino- e incluso ironiza sobre los clichés del género – ¿porqué todos se llaman Tony? Pregunta Al Pacino en una de las escenas.
La historia se construye paso a paso del drama personal a la sangre fría, construyendo a los personajes inspirados en los marginados que lograron construir imperios del crimen y su propia versión del sueño americano.
La mancuerna De Niro- Scorsese, es magnífica, pero de ningún modo sorprendente. Ya nos habían entregado grandes películas producto de esta asociación. Incluir en esta complicidad artística a Joe Pesci y Al Pacino, y lograr la triada soñada del cine sobre la mafia, eso sí que es novedoso y sobrecogedor. Eso sin contar el sorprendente trabajo de “rejuvencerlos” en pantalla, que resulta muy bien logrado.
La película ya se perfila como destacada e histórica no sólo en el plano de lo estrictamente cinematográfico. Puede ser la cinta que por fin le represente un Oscar de la Academia a mejor película a la plataforma Netflix, y ello cambie el negocio de la distribución tal y como lo conocemos. También abrirá debates sobre lo que los estudios quieren filmar y lo que la gente realmente ve. Y por supuesto, el acalorado debate sobre si el cine solamente se define por el tamaño de la pantalla en que se proyecta.
Una de las joyas de este año, que es importante ver en una sala de cine, pero de no ser posible, podrán maravillarse también estando en la sala de su casa, donde tres horas media de metraje se les pasarán volando. Se los aseguro.