The menú. USA 2022.
Dir: Mark Mylod
Reparto: Anya Taylor-Joy, Ralph Fiennes, Nicholas Hoult, Hong Chau, John Leguizamo.
El mundo en que vivimos ha dejado de ser simple de comprender a primera vista. Una realidad cambiante, basada en valores donde se privilegia el individualismo y el consumismo, da material para muchas historias que pongan en evidencia el ambiente tan artificial en que nos movemos.
El menú, se inscribe en esta tendencia, que no es nueva en el cine, y que ya habíamos visto en películas como The Square (R. Östlund, Suecia, 2017), Velvet Buzzaw (D. Gilroy, USA 2019) o El Demonio Neón (N. Winding Refn, 2106) refiriéndose al mundo de la moda y el glamour.
Lo que estas cintas tienen en común es una ácida crítica a las élites que moldean la percepción colectiva de lo que debe ser el arte permeada por una visión clasista, en este caso, llevada al campo de la alta cocina que también se considera un arte exclusivo para quien puede pagarlo.
La película, además, integra a la historia varios géneros, que van desde la comedia negra al thriller, con muchos toques gore, producto de la relación entre cuchillos y sangre, propios de la labor de cocinar.
La trama nos lleva a conocer a un grupo selecto de personas que ha pagado 1200 dólares por una cena en una pequeña y exclusiva isla, misma que será preparada por uno de los más prestigiosos chefs del mundo (Fiennes). Hasta aquí, la cinta también nos recuerda el gran clásico de terror, La Mansión de la Colina Embrujada (W. Castle, USA 1959), sobre todo pensado en que todas las personas tienen algo que esconder, y poco a poco la suntuosa cena va tomando un aire oscuro y misterioso.
Sin embargo, la premisa se vuelve predecible hacia el fin del primer acto. Los secretos de cada persona, al final no resultan serlo tanto y el desenlace es un tanto previsto, aunque críptico en su significado.
En esta ocasión, ni el talento de estrellas como Fiennes, Taylor Joy, o Leguizamo, son suficientes para sacar a flote una historia que hacia la mitad es poco novedosa o sorprendente. Rescatable en su crítica tan oscura, pero no más que eso.
Sin embargo, eso no quiere decir que no sea valiosa en su propuesta. Vivir entre personas que piensan que comer “bien” está reservado a unas cuantas de ellas y que desprecian lo elemental que significa la comida en sí misma, puede que te deje pensando algún tiempo después de terminada la cinta. Y con eso, la cinta gana en uno de sus objetivos más evidentes: mover a la reflexión acerca del absurdo de las pretensiones elitistas.