Por Norma Lorena Loeza
The Ritual. Inglaterra, 2017.
- Dir: David Bruckner
- Reparto: Rafe Spall, Arscher Alli, Robert James- Collier, Sam Troughton, Paul Reid,
Con muy buenas críticas a su paso por el Festival de Sitges en la edición 2017- incluido el premio a mejor actor para Rafe Spall – esta adaptación de la novela de Adam Neville, por fin llega a las salas mexicanas y se exhibe fuera de los círculos de cine de arte y festivales.
La cinta combina varios subgéneros dentro del terror y no cuenta nada nuevo. A ratos es un thriller intimista sobre la culpa y los miedos internos, a ratos nos recuerda a la Bruja de Blair (The Blair Witch Project, D. Myrick, E. Sánchez, 1999) o El culto siniestro (The Wicker Man, N. La Bute, 2006), o a los aterrorizados adolescentes de Cristal Lake en Viernes 13 (Friday the 13th, S. Cunnigham, 1980).
Sin embargo, esa es justamente una de las novedades que nos presenta. En este caso, no se trata de adolescentes, sino de adultos en plena crisis de los 30. ¿Qué pasaría si los que se pierden en el bosque no son adolescentes ingenuos o imprudentes, sino adultos profesionistas, padres de familia y que pagan sus cuentas? Pues básicamente, lo mismo. Al parecer, la edad no juega un papel significativo cuando de enfrentar lo desconocido se trata.
La cinta nos coloca en un momento donde cinco amigos planean un viaje para recordar sus andanzas de antaño. Al regresar del pub donde se reunían, dos de ellos se detienen en una tienda a comprar alcohol, sin saber que está siendo asaltada. Uno de ellos muere a mano de los asaltantes. Seis meses después de la tragedia, los amigos deciden hacer un viaje a los montes de Suecia en honor al fallecido, aún y cuando no todos son excursionistas y saben muy poco de acampar en contacto con la naturaleza.
El tono psicológico de la historia, es la culpa por parte de quien convence al amigo aquella noche a entrar a la tienda y no hizo nada para evitar que lo mataran. Esta muerte ha cambiado la amistad entre estos cuatro hombres, por lo que la travesía es una suerte de despedida del amigo fallecido, pero también el reconocimiento de que los recuerdos de las aventuras juveniles no son suficientes para sostener una amistad en la edad madura.
La situación de perderse juntos, pondrá a prueba la amistad, pero también la capacidad de supervivencia y el dominio del miedo ante lo desconocido. Y para ello, nada mejor que la metáfora de un bosque oscuro que encierra secretos terroríficos ancestrales. Y no. Esto tampoco es nuevo ni original. El bosque como recurso para describir lo oscuro, el misterio, lo maligno, es un elemento arquetípico.
Sin embargo, la cinta logra a través de una impecable cinematografía, introducirnos a ese bosque siniestro y sentir el miedo y la angustia junto con sus protagonistas. Si las personas buscan este género para pasar poco más de 90 minutos al filo del asiento, sin duda sentirán que el costo del boleto fue bien empleado.
Recomendable para las y los amantes del terror y para quienes aprecian el esfuerzo de contar lo mismo, con sello personal y de modo diferente.