Dir: Carlos Meléndez
Reparto: Samantha Coronel, Jorge Escandón, Sofía Sanz.
El debate sobre si las máquinas o la inteligencia artificial pueden ir sustituyendo gradualmente nuestra humanidad, en su sentido más básico, no es reciente. A las personas en general, les parece un escenario entre fascinante y terrorífico el que sean las máquinas (ya sea computadoras o robots) las que finalmente tomen el control y decidan rebelarse en contra de sus creadores, la raza humana.
El cine se ha ocupado de ello en numerosas ocasiones: desde Terminator (J. Cameron, 1984) a Ex Machina (A. Garland, 2014) por mencionar algunas, la idea de un temible androide que nos manipule y destruya ha sido un gran argumento para el género de ciencia ficción.
Pero pocas veces esa ciencia ficción se ocupa de la virtuosa combinación entre un cerebro objetivo y práctico (como el de un robot) y el de una persona, que puede ayudar a comprender complejidades que son más propias de las emociones que de la razón práctica.
Al respecto, esta puesta en escena aborda el tema de la relación entre personas y robots desde una perspectiva diferente. Y para ello, no se necesitaron efectos especiales, sino sencillos elementos intimistas que nos hacen preguntarnos: ¿qué nos consuela cuando nos sentimos solos?
Para Óscar, el protagonista de esta historia, la respuesta parece estar en la extraña idea de comprar una “compañera emocional”, una mujer androide llamada Freya programada para ser la pareja ideal, la amiga o la compañera que necesite quien la adquiera y programe. Es así como tratando de superar el duelo de una ruptura emocional, Óscar adquiere a Freya y comienza a interactuar con ella.
Sin embargo, tanto el protagonista como el público, descubren pronto que la perfección tiene sus conflictos, y que la evasión de los problemas internos que nos llevan a buscarla, también.
En este sentido, hay que aplaudir el tono tragicómico con el que se cuenta esta extraña historia, en dónde el dolor de la pérdida da cabida a extrañas, conmovedoras, pero también divertidas y muy sarcásticas situaciones.
El círculo se cierra, cuando la antigua pareja de Óscar regresa y él tiene que preguntarse seriamente qué es lo que necesita hacer para conservar una relación con una persona real. Y al parecer la clave está escondida en la perfecta Freya y su pensamiento lógico y racional.
Con actuaciones destacadas, que logran combinar de manera natural la reflexión con las ambigüedades, nadie puede salir de la sala sin preguntarse ¿y que tendría de malo ser una persona imperfecta?
El Valle Inquietante se estará presentando los próximos jueves 1, 8 ,15 y 22 de agosto 2024, en el Círculo Teatral en la Ciudad de México a las 20.30 hrs. Ampliamente recomendado.