- POR: EDUARDO ARREDONDO B.
- Texto Publicado originalmente en Castálida No. 55 dedicada los cómics.
Siempre he creído que todos tenemos en el fondo el espíritu de un coleccionista, pues constantemente sabemos de alguien que reúne boletos de conciertos, tazas, discos, llaveros, latas etc., pero ¿de dónde viene ese gusto por acumular cosas?, la gran mayoría de las personas lo hacemos por hobby, aunque existen algunas otras que hacen del coleccionismo una profesión y un modo de vida, pero de eso ya hablaremos.
El psicólogo Mark McKinley señala que algunas personas coleccionan pensando en una inversión, aunque nos parezca increíble que un grupo de juguetes o una serie de sellos postales puedan alcanzar cifras de miles de pesos. Algunos coleccionan por el reto y la dificultad de conseguir las piezas que faltan en su acervo (ese instinto de cazador que muchos tenemos aún), algunas veces dedicando gran parte de su vida a ello. McKinley apunta a otros motivos que pueden ser tan sencillos como encontrar una actividad de ocio, o aquellos que resultan más complejos (desde un punto de vista psicológico) como la búsqueda de un elemento de distinción o algo que sea característico a la personalidad. Existe un universo inmenso de objetos que coleccionar y elegimos algunos en particular por determinados motivos. A excepción de las colecciones que se forman exclusivamente con fines económicos, las demás reflejan parte de la identidad del coleccionista.
Pasando a lo que nos concierne, como ya vimos, el interés por las historietas no se salva de las motivaciones que van desde el interés estético al sociológico y de la nostalgia al oportunismo. Para los que somos fanáticos de esta forma de ocio, coleccionar historietas es un acto de gozo para los seguidores de un personaje, el trabajo de un artista o línea argumental de la historia. Para los especuladores es un negocio y, como tal, al conseguir un cómic es porque puede tener un gran beneficio económico de él. La diferencia entre especuladores y coleccionistas normales es que los negociantes de cómics basan su compra en beneficios futuros mientras los fans del arte secuencial basan su compra en el deseo de poseer el cómic en sí mismo, más que por su valor monetario.
Hablando claramente, los especuladores son todas aquellas personas “conocedoras”, que establecen un sinfín de reglas y atributos que debe de tener un comic digno de ser coleccionable, partiendo de estos criterios comienzan las descalificaciones de algunos comics, malos entendidos, la exclusión de algunos tomos y por lo tanto el eteno conflicto sobre que es un comic coleccionable.
Por supuesto que todos los que coleccionamos comics, deseamos tener en nuestras manos alguno de esos ejemplares de los que tanto hemos escuchado hablar, como puede ser el Action Comics # 1 donde aparece por primera vez el hombre de acero, y que un número de estos en muy buen estado alcanzo la cifra de 3.2 millones de dólares el año pasado, otro de los grandes favoritos de los coleccionistas es Detective Comics #27 donde aparece por primera vez el hombre murciélago, y que en condiciones casi optimas puede llegar a valer 375 mil dólares, y que decir de la primera aparición del Capitán América (en donde vemos como le da un puñetazo a Hitler), en Captain America Comics #1, y que si lo encuentras casi nuevo puede llegar a costar 125 mil dólares. Por supuesto que existen otros comics que podríamos llamar legendarios, pero ¿porque estos comics son tan fascinantes para los coleccionistas?, la respuesta es que a diferencia de algunas otras historietas coleccionables, antiguamente los tirajes no eran tan grandes como lo son a últimas fechas, sin mencionar que estos ejemplares salieron antes o durante la segunda guerra mundial, una época en la que había que reciclar lo que más se pudiera y que como buen hobby infantil el comic era lo primero que los padres de familia desechaban.

Así que no es de extrañar que sea todo un acontecimiento cuando alguien encuentra en algún desván, un sótano o un viejo ropero, esa polvosa caja del abuelo que encierra varias historietas y entre ellas algún número de los ya mencionados. Tal como le paso a una pareja estadounidense que estaba a punto de abandonar su casa, pues el banco solicitaba el pago de su hipoteca. Cuando todo parecía perdido, decidieron hacer la última limpieza, encontrando una copia de Action Comics #1, en una caja casi marchita en el húmedo sótano, la pareja decidió llevar la historieta Vincent Zurzolo, dueño de las empresas Metropolis Collectibles Inc. y ComicConnect.com, 2 de las firmas más reconocidas por conseguir grandes ganancias de los comics. Logrando una suma de 436 mil dólares, por supuesto que la noticia llamó la atención a nivel mundial y en los titulares de los diarios podías leer de manera jocosa, “Superman salva el día”, ejemplos como estos hay varios.
Como veras querido lector, la magia de los comics puede estar a la vuelta de la esquina, pero ¿qué hay que tomar en cuenta para saber si el comic que tienes en tus manos es o no un tomo de colección?, bueno para empezar los cómics con más valor histórico y monetario son los que tienen la primera aparición de personajes que han tenido un impacto relevante en el género o que han pasado a engrosar las filas de la cultura pop, como los números que ya mencionamos párrafos arriba. Otro punto es considerar la antigüedad de la historieta, pues aparte de su valor histórico, algunos pueden ser unas verdaderas rarezas, como el caso del comic Red Raven que vemos en el documental, Comic Con. Episodio IV: La esperanza de un fan, y que es tan raro que casi nadie lo conoce. Los cómics publicados durante las Edades de oro y de platino son bastante valiosos, mientras que los cómics de menos de 20 años tienen más valor sentimental que monetario para los coleccionistas. Para aquellas personas que no lo sepan, los coleccionistas tienen dividido por “edades o categorías” a los comics, para una mejor clasificación: La Edad de Platino (1897 a 1933), La Edad de Oro (1933 a 1955), La Edad de Plata (1956 a 1969), La Edad de Bronce (1970 a 1985), La Edad de Hierro o la Edad Moderna (1986 hasta la actualidad).

En cada una de estas etapas los comics ganan valor por su contexto histórico en que fueron publicados, pues no es lo mismo un comic donde sucede algún hecho histórico, como la primera aparición de la Mujer Maravilla, con su traje de barras y estrellas y actitud independiente, antes de que los estados unidos entraran la gran guerra, a uno donde pela con Cheetah para salvar el día. Otro punto es saber en que fijarse en un comic, como ya lo imaginaran, en el caso de un comic antiguo entre mejor conservado se encuentre será de mayor interés para los coleccionistas y por ende mayor precio tendrá, así que habría que evitar rayones, que le falte un pedazo de portada o incluso el óxido que podrían dejar las grapas en las páginas. Las calificaciones van desde 10 hasta 0,5. Estas calificaciones las usan los servicios de calificación de cómics como Comic Guaranty Company (CGC) y Professional Grading Experts (PGX). Estas disposiciones son más precisas y estandarizadas que las verbales.
En nuestro país son muy pocas las probabilidades de encontrar un comic de este tipo, pero ¿sabías que también hay algunas historietas muy buscadas por los coleccionistas que podrían estar en casa de tus abuelos?. Casi cualquiera sabe que tener una reimpresión nacional de un comic gringo no es de mucho valor, pero ¿qué pasa cuando esas historietas son difíciles de conseguir?, son tan raros que casi no existen copias, cuyos ejemplares conocidos por el público los puedes contar con los dedos de una mano, la cosa cambia. Existen muchos ejemplos, pero tenemos a Chanoc # 1 de publicaciones Herrerías, historieta nacional que es tan rara que muchos coleccionistas pagan grandes sumas sin quejarse, también Ediciones José G. Cruz Presentan: El Santo el Enmascarado de Plata #1, esta historieta-fotonovela del año 1952 es tan rara de encontrar en buen estado que cuando llega a parecer alguna, puede costar bastante, pero el que se lleva las palmas es Superman #1, publicado por Editorial Novaro en 1952, que corresponde a Superman V1 #73 en inglés. Fue el primer comic del hombre de acero que se publicó en México a todo color, llegando a tener un precio de 5 mil dólares.
Para los coleccionistas que solo desean tener un comic en sus manos por la historia, el trabajo de algún equipo de artistas o por ser la historieta de su personaje favorito, también tiene que enfrentar a una pequeña trampa, de la cual los especuladores se agarran para poder sacar ganancias por un comic que tal vez no valga tanto en un futuro como creen, nos referimos a esos trucos comerciales que las compañías de comics han diseñado, conocidos como portadas variantes. Esto tiene sus inicios en los años 80 del siglo pasado, era una manera de premiar a las nacientes tiendas especializadas de parte de las editoriales, por las grandes ventas de alguno de sus títulos. El ejemplo más claro de ese entonces, fue la boda del Hombre Araña, que tenía una portada con Peter y otra con el cabeza de telaraña, sobra decir que esto se volvió objeto del deseo casi enseguida. Una década después, las grandes compañías se dieron cuenta del poder adquisitivo de los fans y decidieron inundar el marcado con todo tipo de portadas, que iban desde tener hologramas, estampados en papel aluminio o portadas que brillan en la oscuridad y hasta las actuales variantes, que nos muestran hasta 4 portadas distintas, que representan una escena diferente de lo que veremos en el interior de la historieta, pero en la mayoría de estos casos, las historias no fueron mucho mejores que las ediciones sin los trucos.
Es en este punto que surge el problema del acaparamiento, pues al ser algunas de estas portadas son de tirajes limitados, no falta los “conocedores” que adquieren la gran mayoría, para después venderla hasta 3 veces su valor. Es en esta parte que surge lo que comentábamos al principio, los coleccionistas a veces no podemos resistir la idea de no tener completa una colección y psicológicamente necesitamos poseer esos objetos que la a completan, muchas veces sin percatarse de que esa compulsión nos puede dejar un hoyo en el bolsillo. El problema es que nos quejamos que suban de precio de este tipo de productos, pero no nos quejamos de que existan.
Este es el perfecto ejemplo de oferta y demanda, pues como coleccionistas, al ambicionar ese comic o sus variantes tan “coleccionables”, pelamos por tenerlo de inmediato, llevando a los especuladores a cubrir esta demanda de manera rápida y ávida, incrementando el valor de ese anhelado objeto. El obstáculo no es el acaparamiento, lo es la demanda, si no hubiera demanda, no existiría el acaparamiento, así de sencillo. Como te habrás dado cuenta, el problema que hace tan caro a un comic incluye a ambas partes, pues los coleccionistas no dudamos en presumir e incluso entrar al juego de la especulación, al presumir ese comic coleccionable ante nuestros parientes y amigos, y más cuando dicho tomo pudimos encontrarlo a precio de portada y decimos que ahora ya está tres o cuatro veces mas caro.

Algo muy similar pasa con los comics que llevan la rúbrica ya sea del artista o del escritor, pues ese es otro tema que causa controversia. Para comenzar la razón por la que muchos hacemos largas filas para conseguir el autógrafo de alguien, es porque disfrutamos su trabajo y para muchos, esta es la forma mas sincera de demostrarlo, vaya es un buen recuerdo de cuando pudiste conocer a esa persona que tanto admiras, pero aquí vuelven a surgir los especuladores, pues para algunos de ellos estos comics al estar “rayados” (ya que si tienen dedicatoria su valor se anula), no valen más allá de la estimación sentimental que les tienes, pero el panorama es otro cuando una firma es solo es eso, una firma, de esta manera pueden subirla a internet y vender el comic a miles de personas que no pudieron ver a su ídolo y sacar una buena ganancia y sustanciosa ganancia, ya que al no llevar un nombre, pude ser para cualquiera, aumentado el valor de un comic.
Esto ha llevado a más de un artista invitado a alguna convención, a no querer dar autógrafos o en su defecto a cobrar por ello, pues bajo la justificación de que si van a obtener una ganancia por su firma y el especulador no hizo mas que poner un cerro de comics delante del él, pues sacar una pequeña tajada de este negocio. Para algunos esto no está bien, para otros el autor está en todo su derecho.
Como veras querido lector a los seres humanos, nos encanta enredarnos la existencia con cosas tan sencillas como lo es un hobby. Tal vez en más de una ocasión te habrán preguntado ¿Cuál es el comic más valioso dentro de tu colección?, tal vez seas de esas personas que buscan presumir que tienen uno o dos tomos que valen una buena lanita y que son una buena inversión, de ser así felicidades, pues tienes la vejez asegurada. O tal vez seas como quien escribe estas líneas, que no tiene ni idea de cuál pueda ser su comic más valioso y que al releerlos es como si se reencontrara con un viejo amigo, que le recuerda una época determinada de su existencia.