Norma Lorena Loeza.

Solace. USA 2015
- Alfonso Poyart
- Reparto: Anthony Hopkins, Colin Farrell, Abby Cornish, Jeffrey Dean Morgan
Un thriller psicológico con tintes sobrenaturales, es lo que escogió Anthony Hopkins como tema para la tercera película en su carrera donde participa como productor ejecutivo. La cinta resulta una propuesta interesante – palomera dirán algunos- que sin duda le permitirá recuperar su inversión en taquilla, aunque seguramente no será de las películas más recordadas en su carrera como actor.
La película no aporta en realidad mucha novedad al subgénero de cintas sobre asesinos seriales. La historia empieza describiendo una serie de crímenes extraños con acertijos complicados: todas las víctimas parecen tienen una herida profunda y certera en la parte posterior del cuello, que les quitó la vida de manera rápida y sin sufrimiento aparente. La impotencia de dos agentes del FBI (Morgan y Cornish) para resolver el caso, los lleva a pedir ayuda a una antiguo detective (Hopkins) del cual se dice tiene el poder de la videncia. Es así que los tres van encontrando pistas que los conducen a un asesino poco común, conectado poderosamente con su perseguidor.
El asunto no es – como ya decíamos- novedoso, ni aporta gran cosa al género. Eso no quita que el esfuerzo sea interesante, bien contado y con actuaciones convincentes. Sin embargo los clichés se disparan y las comparaciones son odiosas, pero hay al menos una docena de cintas sobresalientes que tratan el tema de asesinos con síndrome de Dios, agentes que guardan secretos dolorosos y la historia del vidente que ve más allá de las almas y las miradas de las personas. Al final, el filme funciona de manera adecuada, incluso alejándose un poco de lo fácilmente predecible, sin sorpresas del tipo de las que te dejan sin aliento, pero sí con la sensación de que jugaron contigo un poco y no la viste venir.
Finalmente, es bueno señalar que en este tipo de filmes siempre hay un dilema ético que resolver a través de las muertes y las víctimas. El de esta película no es menor y de hecho, es profundamente interesante. Preguntas como la cantidad de dolor que cada persona es capaz de soportar y el dicho de las abuelas “no hagas cosas buenas que parezcan malas” son algunas de las ideas que seguro le darán vuelta por la cabeza a más de algún espectador/a al salir de la sala. Y eso quizás sea lo que brinda la sensación de que el importe del boleto valió la pena, lo cual representa para cualquier película un resultado profundamente satisfactorio.