Hace ya diecisiete años que la magnífica serie televisiva The Flash llegó a la pantalla chica. Como no podía ser de otra forma, el paso del Velocista Escarlata por la televisión fue más que fugaz, al durar dicha producción tan sólo una temporada.Flash corrió con muy mala suerte en ese entonces, pues a pesar de tener buenas críticas, tenía como competidores en el terreno comercial al comediante Bill Cosby, toda una institución de la pantalla norteamericana en ese entonces, así como a cierta familia amarilla creada por Matt Groening.
Con una ambientación producto de la mezcla de aquella Ciudad Gótica presentada en el cine por Tim Burton y la metrópoli de Blade Runner, aunada a una serie de avanzados efectos especiales (para la época), The Flash resultó una propuesta con varios elementos interesantes a destacar durante su corta vida, comenzando por su propio origen.En un principio, Paul de Meo y Danny Bilson, guionistas de la bella cinta Rocketeer (responsables del cómic que ahora tienes en las manos), tenían como idea llevar a la televisión un proyecto llamado Unlimited Powers, en el que cuatro dispares superhéroes combatían el mal: Se trataba de Green Arrow, Dr. Occult, Blok (de la Legión de Superhéroes) y Flash.Naturalmente, en ese entonces una producción con esos personajes habría resultado demasiado costosa por la cantidad de efectos especiales que demandaría. Así, solamente Flash, el más popular de los cuatro para el público general, sobrevivió al proyecto inicial, al ser rescatado para hacerse de su propia serie…