Por: Oscar Bazaldúa
El lunes 10 de mayo partió de este mundo el maestro de maestros Frank Frazetta a los 82 años de edad. Se dice que ya llevaba varios días en el hospital postrado en cama, quizás Death Dealer vino por su creador y se lo llevó, fue víctima de un infarto. No es exageración si decimos que hasta las musas del arte y de la creatividad están de luto y llorando esta pérdida.
Uno de los más brillantes ilustradores del arte fantástico; en la opinión de muchos, el mejor de los siglos XX y XXI, nos heredó un legado único e irrepetible en formas, texturas y colores.
Estadounidense nacido el 9 de febrero de 1928 en Brooklyn, New York, creador de un estilo inigualable, este verdadero prodigio del arte, a los 8 años, después de hacer una pintura, un maestro de la Brooklyn Academy of Fine Arts les dijo a sus padres: “¡Mama mia! ¡Tenemos un genio aquí! Creador de toda una escuela de seguidores, sin duda Frazetta es un ícono mundial del arte fantástico.
Ayudante de John Giunta a los 16, creando en su paso personajes como Thunda, Johnny Comet, ayudó a Al Capp a hacer su famosa Li´l Abner, y creando las imágenes de los inmortales personajes de Robert E. Howard o Edgar Rice Burroughs
Frank Frazetta no se ha ido del todo, nos quedan sus pinturas con la fuerza y el color que sólo él pudo crear, y el vasto y fantástico mundo que nos compartió, plagado de sus personajes y seres fantásticos, que quizá ahora cabalgan junto a él en uno de sus poderosos percherones negros al lado de su inmortal Death Dealer o su insuperable Conan. Quizás ya lo esperaban del otro lado sus bellas y voluptuosas mujeres como Vampirella o de Catgirl y sus portentosas y hermosas guerreras. DESCANSE EN PAZ, MAESTRO.