Como un homenaje al creador de la Familia Burrón, Descanse en Paz Gabriel Vargas Bernal.
El año pasado les quedamos a deber un poco más de la trayectoria del maestro Gabriel Vargas Bernal, respecto a todos los reconocimientos que este hombre ha recibido en todos estos años de trayectoria, por ello les vamos a dejar un texto que me hicieron llegar la esposa y asistente personal del maestro Vargas, en Supercomics.com.mx, estamos tratando de que el maestro tenga una participación activa en la exposición de 70 años de la historieta en el marco del la TNT WTC, pronto les tendremos más detalles.
Es este texto podrán leer algunos aspectos relevante de su trayectoria, así mismo respecto a los homenajes que se han realizado al mejor sociólogo de América:
Testigo entrañable y minucioso de la vida popular y poderoso recreador de los lenguajes, modos y costumbres de la barriada, Gabriel Vargas Bernal es el mayor historietistas mexicano de todos los tiempos. La saga de los Burrón –su serie mas persistente- narra las jocosas desavenencias y reencuentros de una familia de quinto patio, pero es también crónica intimista y cotidiana del México pero arrabalero; testimonio de setenta años de vida nacional a la luz del Callejón del Cuajo.
Todos coinciden en decir que Gabriel Vargas es el más grande historietista mexicano de todos los tiempos. Y es que desde hace más de setenta años es el creador de personajes que trascienden el mundo de la historieta y llegan a los límites más profundos de la crítica social y de la recopilación lingüística. Don Alfonso Reyes declaro que Gabriel Vargas era el único mexicano que merecía ocupar un sitio en la Academia de la Lengua: “el ha registrado como nadie los giros del habla popular. Y no sólo eso, sino que a partir de allí ha inventado frases que se han vuelto del dominio público.
Gabriel Vargas nació el 5 de Febrero de 1915 en Tulancingo Hidalgo como el mismo lo dice: “Tierra de valientes muy de a caballo muy enamorados y muy matones”. La muerte de su padre cambió drásticamente el destino de la familia y la necesidad de salir adelante con sus doce hijos hizo que doña Josefina Bernal, su madre, abandonara la tierra de sus ancestros.
Llegaron a la ciudad de México cuando Gabriel contaba con cuatro años, se instalaron en un departamento en la calle de la Moneda número 50, en pleno centro de la capital y, con los ahorros de su padre, un prospero comerciante del estado de Hidalgo les permitió vivir con todas las comodidades algunos años.
Gabriel ingreso a la primaria “Rodolfo Menéndez”, ubicada a unas cuadras de su casa, en Republica de Guatemala 71, donde curso solamente cinco de los seis grados de educación primaria, debido a su inteligencia de primer grado lo pasaron a tercero por su vivacidad e intelecto. Además de saber leer y escribir, tenia conocimientos excepcionales entre los niños de su edad, ya que su señora madre les daba a leer a sus hijos libros de toda índole especiales para la educación de los niños. Entre ellos, de ciencias naturales, astronomía, historia, geografía.
En 1927, al cumplir nueve años de edad, obtuvo el segundo lugar en un concurso de dibujo infantil convocado por el Gobierno de Japón. Presento varios dibujos entres ellos uno del Zócalo de la ciudad de México, las pirámides de Teotihuacan y Xochimilco. Dando otra muestra de sus facultades para las ilustraciones, cuando estaba en el sexto año de primaria la escuela convoco a los alumnos a un concurso del “Día del Trafico” convocado por el Gobierno del distrito Federal. Gabriel realizo un trabajo sobre la Catedral de México haciéndolo no como lo ordenaban las bases del concurso sino en un pliego completo de papel que media un metro de alto por ochenta centímetros de ancho y el dibujo del “Día del trafico” se componía de ochenta centímetros de ancho por dos y medio de largo, realizado en tinta china. Estando situado el dibujo en la Avenida Juárez, donde se apreciaban tiendas, anuncios publicitarios, puestos ambulantes, en fin, toda la actividad citadina. Tiene la ilustración más de dos mil figuras todas realizadas con detalles propios de las multitudes.
Ambos dibujos dejaron muy impresionados a los profesores, quienes, al ver el talento de Gabriel lo impulsaron para que llevara sus dibujos a la Secretaria de Educación Pública, acompañándolo el director de la escuela el profesor Evaristo Ruiz. La idea era ver al ministro de Educación Pública para mostrarle los trabajos realizados por el pequeño dibujante. Después de varias tentativas de entrevistarse con el ministro al fin es mostrada la obra del pequeño Gabriel, sorprendiendo a don Alfonso Pruneda que era Secretario de Bellas Artes. Lo mismo le causo gran impresión a Juan Olaguibel que era jefe del departamento de dibujo y trabajos manuales. Alfonso Pruneda le pide al pequeño Gabriel que lleve a su madre al día siguiente para hablar con ella de su futuro.
Gabriel que en ese entonces contaba con 13 años, corrió a su casa para comentarle a su madre lo que había ocurrió en la entrevista y que el señor Alfonso Pruneda solicitaba su presencia para decidir su vida de dibujante. Sin embargo, la señora Bernal no compartió la alegría del pequeño Gabriel, pues ya estaba enterada de la insistencia de el a la escuela secundaria y de su baja de la misma por no haber acudido a las clases ni un solo día, por irse a los talleres de educación a dibujar.
Ya que no le creía lo de la entrevista con el ministro, le pidió que le llevara una carta donde solicitaran su presencia pues lo consideraba un mentiroso por haberle ocultado que no iba a la escuela secundaria, a lo que Gabriel le llevo al día siguiente la carta firmada por el ministro de educación. La señora converso con el señor Pruneda y el le ofreció una beca para que estudiara en Francia lo que su madre acepto y así se hicieron los preparativos, Gabriel viajaría a Europa con una familia que llevaba el mismo destino, y lo entregarían a la autoridades de una institución que el gobierno mexicano mantenía en Francia. Para viajar necesitaba el pequeño un tutor por ser huérfano de padre, acompañado de su madre van con un Notario Público que arreglo los asuntos legales para que Gabriel pudiera salir del país.
Entusiasmado, Vargas comenzó los preparativos: le tramitaron el pasaporte, le compraron ropa adecuada, busco información sobre Paris, pero ya próxima la fecha de partida, abandono el proyecto para no separarse de su madre, y en cambio le dijo al ministro Pruneda, que le diera una recomendación para entrar a trabajar en el periódico Excélsior como dibujante.
En 1931 ingreso a ese diario como ilustrador, con un sueldo de tres pesos a la semana. Allí encontró en su jefe, Mariano Martínez, el apoyo que necesitaba para perfeccionar su trabajo. Después Vargas ganó el concurso organizado por la Editorial Panamericana de José García Valseca para ilustrar un libro infantil. En el certamen participaron los mejores dibujantes de la época. Gabriel quien obtuvo el primer lugar, le entregaron como premio la cantidad de diez mil pesos y un contrato para crear una historieta, con un sueldo de mil pesos a la semana.
A los 17 años lo hicieron jefe del departamento de dibujo, por eficiencia, no por escalafón como se acostumbraba en la cooperativa Excélsior. Reconocido por su profesionalismo y respetado por sus trabajos en serio, empieza a trabajar con don Ignacio Herrerías (dueño del Periódico Novedades) realizando la “La Vida de Cristo” teniendo un éxito arrollador, aunque duro poco por qué eran tiempos de proselitismo religioso. Vargas siguió haciendo historietas en serio como el Caballero Rojo, Frank Piernas Muertas, La vida de Pancho Villa, Sherlock Holmes, Virola y Piolita.
Al mismo tiempo, llevó a cabo un proyecto para el cual, en aquellos días, se necesitaba cierto arrojo: escribir y dibujar una historieta, “La vida de Cristo”. Ignacio Herrerías, dueño del periódico Novedades, se lo encargo y él acepto como un reto adicional a su incipiente carrera. En una ocasión, en 1933, al llegar a las oficias del periódico, lo detuvo un hombre con pistola al cinto y a empellones lo subió a un vehículo para llevarlo a la inspección de policía: “Te has metido en un grave problema –le decían los policías-, ¿no sabes que esta prohibido hacer dibujos o propaganda de índole religiosa?; eso esta penado por la ley”. Asimismo, le preguntaban quién le ayudaba porque no creían que el fuera el autor de la historieta. Horas después lo liberaron cuando el señor Herrerías llegó por él acompañado de un abogado.
En 1936 publico su primera historieta en el suplemento jueves de Excélsior, titulada Frank Piernas Muertas, que seguía el modelo de los cómics de genero policíaco de los Estados Unidos. Al año siguiente, en esa misma revista, se dio a conocer la serie humorística llamada Virola y piolita.
El éxito de Vargas iba en ascenso, pero quizá a su juventud, todavía tardo un tiempo más en definir su propio estilo. Por aquellos años, circulaba con mucho éxito la historieta “Los supersabios” de Germán Butze. Parafraseando ese titulo, en 1938 Vargas creo “Los Super Locos”, que en principio se incluyó en la revista Pepín. El personaje central de esta historieta era don Jilemón Metralla y Bomba: -Era un tipo común y corriente de clase media que llegó a ser diputado y que vivía asustando a la gente con esa cantaleta.
Conforme paso el tiempo, hizo que don Jilemón ya no fuera diputado, porque cada tres años los cambian. Pero como era un individuo desordenado, el dinero que ganó cuando ocupaba ese cargo se acabo. Entonces, una colaboradora suya, mezcla de empleada doméstica y secretaria, pedía favores para él, utilizando la categoría que no poseía. Era un vividor, un trinquetero –explica don Gabriel.-Tuvo tal éxito esa historieta que se llegaron a imprimir 500 mil ejemplares semanales.
Durante mucho tiempo, Vargas se dedicó a conocer la vida nocturna de la ciudad de México para probar sus historias con personajes reales. Entre nueve de la noche y dos de la mañana entro a carpas, cafés, teatros, cantinas, cabarets “para enterarme de cómo era el movimiento. Necesitaba compenetrarme verdaderamente en el ambiente”.
De alguna de esas figuras esperpénticas, encontradas durante sus itinerarios nocturnos, salió don Jilemón. Carlos Monsivais define así a uno de los personajes mas logrados del repertorio de Vargas: “es un pícaro y cábula (termino insustituible que define al que molesta a los demás para reírse y se gana espacio sociales a través del choteo y de la carga arrabalera del relajo). Don Jilemón, y esto no es novedad, no conoce limites ni se inmuta ante la critica”.
La historieta Los superlocos también tuvo un gran éxito; se publico a lo largo de casi nueve años y cuando todavía gozaba del gusto de la gente, Vargas decidió concluirla y crear otra en respuesta al reto que le planteo su colega, Fernando Ferrari, de construir la versión femenina de don Jilemón Metralla y Bomba.
La infinidad de vecindades de la ciudad de México dio a Vargas material suficiente para su obra cumbre: “La Familia Burrón” que comenzó a publicarse con el titulo del señor Burrón o vida de Perro. Santa Julia, Tacuba, Mixcalco, hacia la década de 1940, fueron colonias prolíficas en ese tipo de habitación y Vargas se dedico a la observación de la vida de los moradores que transcurría entre las pequeñas viviendas, los grandes patios y las calles tomadas por sus habitantes, ya fuera para el juego, ya para el trabajo o las fiestas colectivas. La versión femenina de don Jilemón –doña Borola Tacuche-, personaje con el que Vargas respondió al reto impuesto por Ferrari, el creador de la famosísima historieta cubana Anita de Montemar, conjunta las características de la mujer picara y tramposa, pero al mismo tiempo vital y arrojada.
“A doña Borola –recuerda Vargas- la saqué de una familia que yo conocí cuando era muy niño. Tenía como seis o siete años y jugaba con el hijo pequeño de ellos al que le decían el “baby”. En esa casa el señor era un abogado chaparrito, bueno y noble manejado por su esposa que era de fuerte carácter, que era mucho mas alta que su marido, era altiva y orgullosa”. Unos personajes salían de sus incursiones por el México nocturno, otros de los recorridos que hacia por los barrios de la ciudad y el resto de sus recuerdos.
El cónyuge de Borola, don Regino Burrón, encarna el antihéroe: “yo quería hacer un hombre humilde, de la clase media, una personalidad mas bien opaca”. No fue difícil perfilar a este personaje; en cualquier parte de la republica hay un Regino Burrón, dice Vargas. Burrón es el hombre que trabaja demasiado y no se puede elevar socialmente; es un burro. De ahí nació La Familia Burrón.
El resto de los 57 personajes que dan vida a la historieta, fueron creados por la imaginación y el ingenio de Vargas, y están presentes en los miles de episodios que, durante casi siete décadas, han salido a la luz publica ininterrumpidamente. En ellos, el autor muestra la diversidad social de los barrios urbanos-populares que ha dado colorido y fama a la Ciudad de México en los últimos setenta años.
Entre esos personajes destacan Macuca y Reginito, que son los hijos de don Regino y Borola; también don Susano Cantarranas, por ejemplo, emerge de la fecunda memoria de don Gabriel: “me acuerdo que a escondidas íbamos a la Villa de Guadalupe, y allí vi, a un tipo que andaba medio borracho, muy correcto. Pasaba alguien y se quitaba el sombrero, pero se veía a leguas que andaba bien tomado. Como yo estaba muy chamaco, nada mas me le quedaba viendo. ¿Qué tanto le ves a ese tipo? me decían, a lo que contestaba es que es muy gracioso. Y no caminaba con tal de quedarme observándolo”.
Otros personajes como la Divina Chuy, novia de don Susano; Ruperto, el ladrón frustrado, Avelino Pilongano, el poeta inútil y atenido que vive de lo que su madre, doña Gamucita, obtiene por lavar ropa ajena; Cristeta Tacuche, tía de Borola, que encarna la vida de los ricos en ese mundo de miserables irredentos que han poblado las paginas de “La Familia Burrón”. Todos ellos comparten un rasgo común: son una combinación de ficción y verdad; de una realidad llevada al extremo en la que no queda mas que llorar o reír y don Gabriel prefiere este último camino.
La realización de esta historieta al montaje de un cuerpo de escritores y dibujantes. Al principio Vargas se hacia cargo de todo, del texto y de la ilustración, pero conforme adquiría nuevos compromisos recurrió a unos cuantos ilustradores: “tuve tanto trabajo que no pude seguir dibujando y tuve ayudantes muy hábiles, Rene Ruiz, Miguel Mejía y mi sobrino Agustín Vargas”.
La misma razón que alejo a muchas familias de la clase media alta de la lectura de historietas como las creadas por Gabriel Vargas –el uso de un lenguaje “corriente”, producido en el diario acontecer de las clases bajas- es la que, a la postre, le ha conferido un valor lexicológico reconocido por literatos y lingüistas. A este respecto Sergio Pito recuerda: “Luis Prieto y yo visitábamos quincenalmente a don Alfonso Reyes. Un día, la conversación recayó en Gabriel Vargas y su historieta y celebro la captación del habla popular y su extraordinaria estilización melódica”. Pitol, le dedica un capitulo a Gabriel Vargas en su libro el Arte de la fuga, llamándolo “borola contra el mundo,” sumándose a todos los reconocimientos la Editorial Porrua que dirige el señor José Antonio Pérez Porrúa esta editando en tomos de colección la obra de Vargas, ya que como el mismo lo comenta, “la Familia Burrón”, es parte de nuestra historia de México y mi labor es recopilarla para que las futuras generaciones sigan conociéndola y no se pierda.
Por su parte Carlos Monsivais agrega: “con intuición magnifica, Vargas recrea y propone sus versiones del habla, y exhibe sus dones para el apodo, el choteo de la americanización de las costumbres”. Sus personajes Dick Epifanio O’connor y Audrey Petra Chagoya, para no hablar de los nombre de pueblos: El valle de los conejos teporingos y San Juanato el Grande, son ejemplo de ello. –comenta Monsivais: “que es una revista que se niega a morir, porque no tiene con que pagar el entierro”.
El mismo don Gabriel explica la percepción que tiene de su trabajo: “Posiblemente los grandes pensadores y literatos se pongan en una pose medio poética a pensar por horas. –Yo no, a mi las ideas se me ocurren en un segundo., no es presunción al contrario, yo creo que hice muy mal en hacerlo así, si lo hubiera razonado mis textos, a la mejor hubiera dejado un poco de huella. Yo trato de reflejar lo que viví o veo, pero nunca me he penetrado hasta lo mas hondo. Yo me dedique más bien a ser gracioso sin fijarme en la profundidad de los problemas, por encimita nada los trate.
El 15 de septiembre de 1978 Gabriel Vargas funda su propia casa editorial, a la que llamó G y G que son las iniciales de su nombre y el de su esposa Guadalupe Appendini Romo periodista y escritora. Ahí continua publicando “La Familia Burrón”.
Talento y constancia se han conjuntado en Gabriel Vargas; sus propios colegas le reconocen sus aportaciones a la cultura popular contemporánea. En 1981 recibió del club de periodistas de México un homenaje a su trayectoria, y dos años mas tarde el Premio Nacional de periodismo que otorgaba el gobierno de la Republica en el género de caricatura y editorial.
El club Internacional de Mujeres, por su parte, otorgo en 1984 un galardón a don Gabriel por su trabajo, confiriéndole la condecoración de Gran Humanista Mexicano. Su estado natal, a su vez, reconoció a Vargas como uno de sus hijos predilectos por decreto de la Asamblea municipal de Tulancingo Hidalgo, siendo el sexto personaje más importante desde su creación del mismo, dándole este nombramiento el gobernador del estado Arq. Guillermo Rossel de la Lama, y distinguiéndole con la estatua Los Gigantes de Tula en 1985 y en 1993 recibió de la Legión de Honor Nacional el nombramiento de Caballero.
En 1980 el maestro Vargas sufrió una embolia que le paralizo la mitad izquierda del cuerpo, no obstante continua entregando a su publico 125 mil revistas cada semana. A pesar de los años transcurridos desde que empezó, su obra no ha perdido vigencia en el gusto de los lectores. Don Gabriel, por su parte, con la sencillez que siempre lo ha caracterizado concluye: “este trabajo es una forma de ganarme la vida como cualquier otra, sin que haya nada especial. Si hay un esfuerzo, no es que éste uno superdotado”.
Gabriel Vargas, catalogado el cuarto sociólogo de América Latina. A lo largo de su fructífera labor como historietista ha recibido infinidad de reconocimientos de gobiernos de estados, asociaciones y universidades. El 17 de septiembre de 2003, le fue otorgada la medalla José Vasconcelos que le dio el Seminario de Cultura Mexicana, por su obra realizada durante 70 años de labor. Asimismo el 11 de diciembre del 2003, recibió del gobierno mexicano el premio nacional de Ciencias y Artes de manos del Presidente Vicente Fox, máximo reconocimiento a sus creadores que otorga el Estado Mexicano.
El 13 de agosto del 2004, la Asamblea Legislativa del Distrito federal por medio de la comisión de Cultura y El servicio Postal Mexicano, emite la estampilla especial, La caricatura en México, con la esfinge de Borola Tacuche de Burrón, teniendo una relevancia en la historia del Servicio Postal, ya que solo dos personas han tenido el timbre postal en vida, Juan Pablo II y Gabriel Vargas. Asimismo el 26 de abril de 2005, la secretaria de Educación Pública y el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR) le otorga el premio gran Orden de Honor Nacional al mérito autoral, por su creatividad y contribución al acervo de la historieta en México.
El 2 de diciembre en el marco de la feria internacional del libro, en el cuarto encuentro internacional de caricatura e historieta recibe el premio “la Catrina” como homenaje a su labor, sumándose al reconocimiento La Universidad de Guadalajara con una exposición de los cincuenta y siete personajes de la historieta “La Familia Burrón”. Presidiendo el acto el rector general José Trinidad Padilla López. Recientemente el 23 de junio del 2006, Alejandro Encinas Rodríguez Jefe de Gobierno del Distrito Federal le otorga el reconocimiento ciudad de México 2006, a su labor como Cronista de la Ciudad de México.
El poder Legislativo del congreso del estado libre y soberano de hidalgo le confirió la presea “Pedro Maria Anaya” 2006 en cumplimiento a lo establecido en el decreto 209, por ser uno de los mas grandes historietistas mexicanos en Pachuca Hidalgo el 14 de Diciembre de 2006. El gobierno del Distrito federal le otorga la distinción de “Ciudadano Distinguido” el 21 de noviembre de 2007, recibe el premio de manos del Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard Casaubon en el salón de cabildo del edificio del ayuntamiento. Asimismo se inaugura la muestra que lleva por nombre de San Garabato al callejón del cuajo en el Museo del Estanquillo, Compartiendo la muestra con Eduardo del Rio Rius el 22 de noviembre de 2007.