Basta una mirada a las redes sociales, para saber que las personas en todo el mundo están hablando de este duelo entre Godzilla y King Kong, y no han dejado de hacerlo a medida que la fecha del tan esperado estreno se acerca.
¿A qué debemos este fenómeno pop a nivel internacional? Entre otras cosas -que trataremos de señalar por acá- la más importante tiene que ver con el resurgimiento de un género cinematográfico sumamente popular, exitoso en taquilla y uno de los más gustados por el público.
El cine de monstruos, amenazas y grandes desastres, es sin duda uno de los más antiguos en la cinematografía mundial. Tan solo pensemos que nuestros dos protagonistas, saltaron a la fama en 1933, en el caso de King Kong y en 1954 en el caso de Godzilla.
¿Notan algo curioso en esas fechas? Sí, en ambos casos el mundo se estaba recuperando física y anímicamente de las Guerras Mundiales, de las crisis económicas y de las secuelas de la devastadora bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki en el caso de Japón.
El mundo entero necesitaba distraerse y pensar en que estábamos por fin a salvo de terrores mayores a lo que como humanidad habíamos vivido. Nada mejor para ello, que imaginar un monstruo descomunal, un enemigo común, una amenaza que no dependiera de los intereses de las personas.
A caballo entre la ciencia ficción, el terror y el cine de grandes catástrofes, Godzilla y King Kong representan de algún modo nuestros terrores colectivos. Una confrontación con el lado más salvaje de la naturaleza, incontrolable y feroz, que nos reprochaba la soberbia de asumirnos como especie dominante en la cima de la creación.
A lo largo de todo este tiempo, ambos han protagonizado decenas de películas, series, comics y hasta videojuegos. En este trayecto su esencia ha cambiado, se han añadido explicaciones y otros elementos, pero conservan la esencia de representar un lado salvaje de la naturaleza, ante la cual la raza humana queda muy empequeñecida. Además, ambos monstruos son creados para el cine, son producto de la necesidad de imaginar titanes colosales para la gran pantalla, que se convirtió desde el primer momento en su hogar y su modo de expresión ideal.
King Kong llegó primero a escena (King Kong, M.C.Cooper y Ernest B. Shoedsack, USA, 1933), narrando la historia del gorila colosal con el apego propio de un mamífero, y víctima de una terrible injusticia al invadir su hábitat, sacarlo de ahí para exhibirlo en un circo y finalmente matarlo al considerarlo una amenaza.
Además, Kong, tenía algo de la Bella y la Bestia, que lo hacía fascinante y melodramático, razón por la cual se convirtió casi instantáneamente en un clásico de todos los tiempos. Kong era de inicio un eslabón perdido de la evolución, recodándonos que no lo sabemos todo y que las reglas de la naturaleza nos siguen siendo imposibles de comprender a totalidad.
Para Godzilla el camino fue distinto. Hace su debut en la gran pantalla, apenas unos pocos años después de la detonación de las bombas atómica en territorio japonés. (Godzilla, I. Hunda, Japón, 1954).
No pocas veces, se ha señalado que Godzilla fue la manera en que el pueblo japonés trató de superar la tragedia atómica. El enorme monstruo, era producto de la radiación, un poder destructivo e incontrolable, resultado de la estupidez humana.
Las historias de Godzilla fueron mucho más prolíficas que las de Kong. Pronto, se vuelve emblema del género kaijú, dedicado a contar historias sobre grandes monstruos naturales, creados genéticamente, extraterrestres o robots. Hay numerosas creaciones de este tipo en cine series, mangas, animes, y hasta videojuegos.
Para llegar a este glorioso momento, Godzilla parece llegar en mejor forma, ya que es quien más enemigos ha enfrentado y salido victorioso. De hecho, no es la primera vez que Kong y Godzilla se enfrentan. La película filmada en 1962, ya nos mostraba lo que podría suceder, aunque entonces no dejó contento al fandom, debido a un neutral empate que parecía forzado para que hubiera secuelas, aunque el tema no volvió a la pantalla grande hasta ahora. (King Kong vs.Godzilla, T.Tanaka, Japón, 1962).
También hay que decir que este “monstruo verse” se ha venido preparando en Hollywood desde varias películas atrás. Tenemos Godzilla (G.Edwards, 2014), Godzilla, Rey de los Monstruos (M. Dougherty, 2019) y Kong, la Isla Calavera,(J-V. Roberts, 2017) para estudiar el asunto e ir haciendo apuestas.
La mesa queda puesta para un enfrentamiento entre estos dos grandes monstruos del celuloide. Y aparte de su trascendencia como honrables miembros de nuestra cultura pop, quizá el asunto nos emociona, porque estamos en un momento en que la evasión es importante. Quizás necesitamos imaginar un peligro diferente al que vivimos. Y soñar con dioses y reyes en forma de gorila y lagartija, nos gusta más que pensar que lo que hoy nos doblega es un virus minúsculo, al que tampoco sabemos cómo enfrentar.
En fin, esperemos el estreno, Ojalá no decepcione.