Precisamente regreso a casa de una juerga en ambientes surrealistas en el centro de la capital, el recibimiento por parte de mis mujeres es: » Te llamó Miguel, Carlos Monsiváis, ha muerto».
Puta!, una vorágine de sentimientos encontrados recorren mi ser . Carlos Monsiváis, fue entre mis círculos tanto rockeros como intelectualoides, la imagen estereotipada del intelectual.
Hace cerca de veinte años, sería yo quien fuera a recoger a su domicilio, el texto que el maestro escribiera para la invitación a la exposición que en la revista Banda Rockera, en ese entonces dirigida por Vladimyr Hernández y Jorge Monroy, presentaríamos en el Palacio Negro de Lecumberri, un evento sin precedentes en los ámbitos rockero culturales, el estaba encantadísimo con la sección Rol y Rolas que presentábamos en dicha publicación.
Mas allá de lo que Carlos Monsivais pueda representar para el publico intelectualoide, para mi representaba una fuerza primigenia, tan es así que en historietas de corte popular, como Chanoc, tendría gran peso, al grado de ser representado como El Sabio Monsi, que al lado de su Robot Sócrates, pudiera presentarse como un gran aliado para la selección de Ixtac, en partidos narrados por personajes tan importantes como Angelgritos Fernández, digno maestro del mismísimo Perro Bermúdez, sin quien el pelado can no sería absolutamente NADA, o platicando con el insigne poetastro Abelino Pilongano en la serie regular de la Familia Burròn.
Carlos Monsivaìs luchó por que la cultura popular tuviera un sitio en el quehacer intelectual mexicano, las colecciones presentadas en el Museo del Estanquillo así lo demuestran.
El esfuerzo de el Maestro no representó ningún tipo de escándalo, murió de manera discreta, como le hubiera gustado; el `último contacto que tuve con el fuel cuando le entregué un ejemplar de nuestra revista, Comikaze en la develaciòn de la banca de la Familia Burròn en la Alameda Central, a la que el maestro sólo me dijo , “ Que buen nombre”, ahora, esta es la última triste noticia que tenemos sobre el., en la inauguración de De San Garabato al Callejón del Cuajo tuve la oportunidad de, al lado del Pinocho de los Estrambóticos, estrechar la mano tanto de Don Gabriel Vargas como de el Sabio Monsi. Hoy se demuestra que eran almas gemelas a tal grado de abandonar el mismo plano existencial en el mismo tiempo que les tocó vivir.
Descansen en paz Don Gabriel y el Sabio Monsi.
LA MUERTE DEL SABIO MONSI
Precisamente regreso a casa de una juerga en ambientes surrealistas en el centro de la capital, el recibimiento por parte de mis mujeres es.:Te llamó Miguel, Carlos Monsivais ha muerto., Puta!, una vorágine de sentimientos encontrados recorren mi ser . Carlos Monsivaìs fue entre mis círculos tanto rockeros como intelectualoides, la imagen estereotipada del intelectual.
Hace cerca de veinte años, sería yo quien fuera a recoger a su domicilio, el texto que el maestro escribiera para la invitación a la exposición que en la revista Banda Rockera, en ese entonces dirigida por Vladimyr Hernández y Jorge Monroy, presentaríamos en el Palacio Negro de Lecumberri, un evento sin precedentes en los ámbitos rockero culturales, el estaba encantadísimo con la sección Rol y Rolas que presentábamos en dicha publicación.
Mas allá de lo que Carlos Monsivais pueda representar para el publico intelectualoide, para mi representaba una fuerza primigenia, tan es así que en historietas de corte popular, como Chanoc, tendría gran peso, al grado de ser representado como El Sabio Monsi, que al lado de su Robot Sócrates, pudiera presentarse como un gran aliado para la selección de Ixtac, en partidos narrados por personajes tan importantes como Angelgritos Fernández, digno maestro del mismísimo Perro Bermúdez, sin quien el pelado can no sería absolutamente NADA, o platicando con el insigne poetastro Abelino Pilongano en la serie regular de la Familia Burròn.
Carlos Monsivaìs luchó por que la cultura popular tuviera un sitio en el quehacer intelectual mexicano, las colecciones presentadas en el Museo del Estanquillo así lo demuestran.
El esfuerzo de el Maestro no representó ningún tipo de escándalo, murió de manera discreta, como le hubiera gustado; el `último contacto que tuve con el fuel cuando le entregué un ejemplar de nuestra revista, Comikaze en la develaciòn de la banca de la Familia Burròn en la Alameda Central, a la que el maestro sólo me dijo , “ Que buen nombre”, ahora, esta es la última triste noticia que tenemos sobre el., en la inauguración de De San Garabato al Callejón del Cuajo tuve la oportunidad de, al lado del Pinocho de los Estrambóticos, estrechar la mano tanto de Don Gabriel Vargas como de el Sabio Monsi. Hoy se demuestra que eran almas gemelas a tal grado de abandonar el mismo plano existencial en el mismo tiempo que les tocó vivir. Descansen en paz Don Gabriel y el Sabio Monsi.