China, 2023.
Dir. Ang Siu
La historia de Hachiko, el fiel perrito que esperó a su dueño en la estación de trenes por varios años después de su muerte, es uno de los relatos más conmovedores que hayan llegado a la pantalla grande para ser conocidos en todo el mundo.
Quizás todos y todas recuerdan “Siempre a tu lado. Hachiko” (Hachi: A Dog’s Tale, L. Halström, 2009) cinta protagonizada por Richard Gere que hizo famosa la historia del profesor y su perro, sucedida en Japón en la vida real, pero adaptada al contexto estadounidense.
Dicha versión es tremendamente popular y una de las causas de que hoy la historia sea conocida en todo el mundo. Pero no hay que olvidar que primero que nada, es una gran historia y por eso no es de extrañar que anime a otros cineastas a contarla desde su propia visión y estilo.
Es el caso de esta cinta, adaptada a la cultura china, y que ahonda en elementos que no habíamos visto en la versión norteamericana. Es claro que película asume con talento narrativo el reto de contar algo que el público sabe en qué termina y de qué se trata.
Para empezar, esta versión nos da información más amplia del profesor y los integrantes de su familia, de la comunidad y de cómo el pequeño Hachiko se integra con ellos y ellas, dejando de ser una mascota para ser parte importante de la colectividad.
Hay aquí un animado relato de la vida en familia, del vecindario. Hay también una crítica a la gentrificación y la pérdida de lo comunitario, así como activismo a favor del trato digno a los animales.
Pero sin duda su mayor mérito, es que toda esa historia sirve para entender el duelo por el que pasa tanto la familia como Hachiko. Sólo a través de sus anécdotas cotidianas es que se hace posible entender porqué extrañamos a una persona, porqué nos hace tanta falta cuando ya no está con nosotros.
La cinta así construida va más allá de la hisotria de un perro fiel. Aquí vemos también el duelo familiar, el dolor de la pérdida, la nostalgia de las anécdotas y las cosas que quedaron por decirse. Hachiko constituye entonces una metáfora viva de lo que significa perder todo tu mundo cuando tu mejor amigo fallece y cómo superas el duelo de muy diferentes maneras.
Y es en esta profunda reflexión, que la cinta supera por mucho la mera anécdota sentimental. Contado de este modo, se entiende mejor lo poderosa que es la amistad, el compañerismo y el apoyo mutuo entre personas y animales, y porqué nos atraviesa tan emotivamente el pensar que siempre de algún modo, somos importantes para alguien. A veces quizás de quienes menos lo esperaríamos.