Ghost Stories. Inglaterra (2017).
- Dir: Jeremy Dyson, Andy Nyma.
- Reparto: Andy Nyman, Martin Freeman, Paul Whitehouse, Alex Lawther.
Acostumbrado el público al terror hollywoodense, que cada vez se repite más y propone menos, esta cinta resulta todo un hallazgo para las y los amantes de las historias góticas de horror, llevadas a la gran pantalla.
Lo que parece una historia sencilla sobre tres diferentes casos de contacto sobrenatural, termina convirtiéndose en una profunda reflexión sobre la vida y la muerte, la percepción y el deseo de trascender. Ello aderezado con una minuciosa construcción narrativa y visual, hacen de esta cinta un documento que ningún entusiasta del género debería perderse.
La historia comienza con el manifiesto escéptico por excelencia: el cerebro ve lo que quiere ver. El profesor Phillip Goodman es un investigador que se dedica a desenmascarar charlatanes que afirman ser videntes o que tienen poderes para contactar con lo sobrenatural. Goodman cuenta de inicio, que su escepticismo tiene origen en la rigidez con que su padre educó a su familia en la tradición judía. Un día Goodman recibe una misteriosa invitación por parte de uno de sus modelos a seguir: Charles Cameron, otro conocido investigador que desapareció misteriosamente y que ahora le reta a que aclare tres casos que son – para él- pruebas irrefutables de que lo sobrenatural rodea nuestras vidas todo el tiempo.
Goodman acepta el reto y partir de entonces, el público tras la pantalla le seguirá en esta aventura, tratando de desentrañar las oscuras situaciones que rodean a tres personas muy diferentes: un velador, un adolescente y un médico. Los tres personajes son complejos, enfrentando situaciones de culpa, fracaso, alcoholismo, ansiedad. A medida que avanza la historia, algo cambia en el investigador y en la audiencia, que se ve de repente sorprendida de estar inmersa en situaciones y ambientes profundamente aterradores.
La película logra crear la atmósfera precisa para el terror, la confusión y también para la reflexión, en un relato ambiguo muy bien contado. Música, diálogos e imágenes, colaboran en lo que bien puede ser entendido como una pesadilla colectiva. En un tono sobrio y fluido, resalta el manejo de cámaras que hace que los fantasmas y las entidades aparezcan y desparezcan de un enfoque a otro, de un rayo de luz a la oscuridad completa ante nuestros propios ojos.
En suma, un interesante relato acerca de que la vida acaso no sea otra cosa, más que la conciencia de uno mismo, con todos tus temores, tus preguntas, tus recuerdos. Y por si fuera poco, con la dosis de sobresalto suficiente para mantenerte por casi dos horas al filo del asiento.